Un vecino del bloque número 6 de los grupos de La Soledad, en Tomás Romero de Castilla, ha resultado con quemaduras en el 20% de su cuerpo --en cabeza y brazos--, e intoxicado por inhalación de monóxido de carbono a consecuencia de la explosión de una bombona de gas a las 6.10 de la mañana de ayer, en su piso, el segundo izquierda.

La onda expansiva de la deflagración destruyó la vivienda en la que se produjo, parte de una colindante y afectó a puertas y ventanas de varios pisos más, lo que hizo salir a la calle al vecindario, que una vez repuesto del susto expresó su temor a que se vuelva a producir un hecho similar, pues muchos consideraron que la explosión fue provocada.

Angel N. C., de 43 años, que vive solo y según fuentes municipales padece de depresión, fue trasladado al Infanta Cristina, donde permanece ingresado en la UCI en estado grave, pero estable. Una vez resuelto el problema respiratorio será trasladado a la Unidad de Quemados del Hospital Virgen de la Montaña, de Cáceres, según el SES.

Junto con los bomberos acudieron al lugar del suceso el 112, la policía local y la nacional, a la que se unió más tarde un grupo de la brigada judicial y otro de la científica. Fuentes de la jefatura superior no quisieron pronunciarse sobre la intencionalidad del hecho.

LA GOMA CORTADA Fueron los vecinos quienes avisaron a los bomberos, que cuando llegaron encontraron al hombre herido junto "a una bombona con la goma cortada", y un boquete en una pared que daba al piso de al lado, del que había derribado el tabique de la habitación y agrietado otra donde dormía un matrimonio y su hijo de 4 años.

Esta familia se despertó con la explosión, como explicó a este diario Ana Pérez García, la propietaria de esa vivienda, acompañada de su hijo Manuel, de 4 años. "Nos despertamos cayendo piedras en la cabeza y el niño llorando, menos mal que todavía no dormía en la habitación que le hemos preparado", explicó.

Esta mujer afirma que escuchó gritos o gemidos de dolor "y cuando fuimos a la otra habitación vimos que no había pared". Además, señaló que "tenía --el vecino-- una bombona pequeña puesta, otras dos abiertas y un mechero en la mano". Cuando se lo llevaron, "dijo que esta vez no le había salido bien la jugada", según Lorena Rodríguez.

OTROS HECHOS Raúl Camúñez, otro vecino, explicó que "hace un año se quiso colgar de la lámpara y se le cayó encima. Y hace una semana se quedó dormido y salió ardiendo el sillón, y él, tuvieron que acudir los bomberos a las doce de la noche".

Un grupo de mujeres en corro expresaban se temor y sus protestas por lo ocurrido porque "tenían que haberlo recogido ya, hoy ha pasado esto, pero mañana puede pasar algo peor", como afirmó María Dolores Garrido, quien contó que se despertó sobresaltada "porque parecía un terremoto; ahora veremos cuando vuelva y haga otra cosa más grande".

Ana Pérez añadía a su relato que ya habían ido los técnicos municipales a ver la casa y "me han dicho que no puedo entrar en esas habitaciones, ahora tienen que venir los del seguro y no sé qué haremos ni dónde nos quedaremos". Cuando invita a este periódico a ver los daños en su piso, su hijo de 4 años se niega a entrar y llora.

Rogelia Villafaina tuvo que salir con su hijo, "que está ciego y se quedó sin habla". Lorena Rodríguez, vecina del tercero, salió corriendo con sus tres hijas "y la mayor se cortó en los pies con los cristales rotos; los niños están aterrorizados". También ella recordó el incendio de la semana anterior en la misma vivienda. Antonia Cáceres se unió al corro explicando que ha tenido cuatro juicios con ese vecino.

En la calle se fueron haciendo sucesivos corros de vecinos y curiosos, conforme se conocía la noticia en la ciudad, comentado el suceso, mientras un empleado de la limpieza recogía restos de ventanas, vidrios y persianas esparcidos por la calle.

A media mañana, la concejala de Urbanismo, Cristina Herrera, compareció para explicar que "ha habido una explosión y acudieron los técnicos municipales a inspeccionar el edificio y había dañadas dos viviendas pero no la estructura.

LUCHA PARA QUE LO INGRESEN Una hermana del hombre herido, con el que afirma que no tiene relación, explicó a este diario que "la casa es de mi madre, que tiene 84 y vive conmigo".

Ella no habló con la policía, pero "sí mis otros hermanos", y aunque no se atrevió a dar una versión de lo ocurrido, "pues lo que dicen los vecinos, no sé si estaba fumando o qué hizo", declaró que la policía científica tiene que hacer el estudio".

No obstante, reconoció que su hermano "es alcohólico agresivo y ya ha tenido otros problemas, pero esto se podía haber evitado; ahora sólo ha salido herido él, pero podría haber sido una desgracia", manifestó.

Además, añadió que "la familia llevamos 24 años luchando para que lo ingresen y no lo hemos conseguido. Yo responsabilizo a la policía, a los abogados y a los jueces que no han querido ingresarlo porque dicen que tiene 42 años y que debe firmar el ingreso él voluntariamente".

La hermana de Angel N. C., sentenció que "esto se soluciona sólo con el informe que tienen de él en el Infanta. La culpa es de policías, abogados y jueces".