No es una casualidad que Badajoz sea la ciudad más visitada de Extremadura, tenga el mayor número de plazas hoteleras de la región, disponga de la mayor oferta cultural, de ocio y de actividades complementarias en muchos kilómetros a la redonda y aunque la ocupación media sea baja, y haya que hacer una apuesta decidida por subirla, en muchos momentos existe un lleno total sin que nadie sepa por qué.

Entre la gran variedad de recursos turísticos singulares disponibles en Badajoz, sin que nadie los haya planificado, está el deporte. Cada vez hay más campeonatos, torneos o cursos deportivos. Entre ellos hay dos deportes que son muy importantes en la ciudad y que no son debidos a nuestros recursos naturales, infraestructuras o decisiones políticas, sino más bien a la iniciativa privada y al tesón y apuesta individual de algunas personas de la ciudad. Este fin de semana coinciden dos eventos de estos dos deportes en la ciudad: hípica y pádel.

Ningún estamento público los ha planificado y ni nos han tenido que dar permiso para que Badajoz sea desde hace mucho tiempo un referente nacional en la práctica y en la celebración de competiciones en estas disciplinas. Ha sido fruto de la iniciativa privada y de la afición y práctica de mucha gente. Me gustaría resaltarlo, pues en demasiadas ocasiones se está esperando que desde instancias públicas nos digan lo que tenemos que hacer, y normalmente las actividades más solventes, consistentes y sostenibles nacen de manera emergente sin que nadie las haya planificado. Creo que estos eventos merecen mucho más el reconocimiento y apoyo ciudadano e institucional que aquello que una mente planificadora con recursos públicos decidió. Vaya desde aquí mi reconocimiento a aquellos que desde hace ya muchos años han hecho que Badajoz sea un referente nacional en hípica y en pádel. Solo hay que facilitarlo y apoyarlo, que nadie pretenda regularlo, controlarlo o decidir cuándo, cómo y dónde hay que practicarlo.