Todo ocurrió muy rápido. El hombre entró en la tienda a recoger un reloj que había traído para arreglar y se sintió mal, indispuesto; le atendimos mi tío y yo, pero no reaccionaba y entonces dejé a mi tío con él y fui a llamar al 112 y a la policía. Cuando llegó el equipo sanitario, intentaron reanimarlo pero no respondía, había fallecido por un infarto de miocardio". Así se expresaba ayer ante este diario Carlos, uno de los propietarios de la joyería que lleva su nombre en la calle Santo Domingo. Y lo hacía tras vivir una de las experiencias más amargas de su vida profesional, la muerte de una persona en su establecimiento.

El hecho ocurrió unos diez minutos antes de las once de la mañana. El hombre fallecido era Juan Mateo Ferrer, un industrial pacense jubilado, de 80 años, muy conocido en la ciudad por haber regentado durante muchos años un lavadero en el número 9 de General Palafox. Así lo explicó la esposa de un antiguo socio del fallecido, que acompañaba a los familiares de éste en la calle, a las puertas de la joyería.

Enseguida llegaron varias unidades del Cuerpo Nacional de Policía, de la unidad motorizada, cuyos miembros se encargaron de localizar y de informar a los familiares del anciano del triste suceso. Poco después llegaron al establecimiento sus cuatro hijos, que no daban crédito a lo ocurrido.

TESTIMONIOS Una de las hijas expuso que su padre había acudido a la joyería a recoger "un reloj que había mandado arreglar y que estando dentro de la misma se sintió mal y cayó sin tiempo para que los médicos lo atendieran, pues los sanitarios le practicaron las técnicas de recuperación cardiaca y de resucitación en la tienda, pero no pudieron recuperarlo porque ya estaba muerto".

Cuando los médicos certificaron la muerte del anciano, se aviso al juzgado de guardia, cuyo titular acudió, y más tarde el médico forense, para ordenar el levantamiento del cadáver, que permaneció tendido en el suelo de la tienda hasta ese momento, alrededor de hora y media.

Acto seguido acudieron los operarios del servicio funerario para recoger el cuerpo en el interior de un féretro, que trasladaron hasta el Instituto de Medicina Legal para practicarle la autopsia.