Corría por el camino que bordea el antiguo cuartel de Sancha Brava cuando escuchó un silbido y sintió un pinchazo en el abdomen. Al subirse la camiseta para comprobar qué le sucedía, comprobó que le habían disparado. Le ocurrió el martes poco antes de las dos de la tarde a un hombre de 47 años que, tras ser asistido en un primer momento en el hospital Perpetuo Socorro, fue derivado al Infanta Cristina, en cuya UCI ingresó y fue operado para extraerle el proyectil, que se le había alojado en el abdomen. En principio se cree que se trata de un calibre 22, considerado de tamaño pequeño, que podría haber sido disparado con un fusil o una pistola.

Según fuentes del Servicio Extremeño de Salud, la evolución postoperatoria fue «buena» y el paciente se encontraba ayer por la tarde «estable» e ingresado en la planta de Cirugía General.

La Policía Nacional ha abierto una investigación para tratar de localizar al presunto autor del disparo, que se sospecha fue fortuito. Los caminos del entorno de Sancha Brava son frecuentados por corredores y ciclistas para practicar deporte, pero también por cazadores que aprovechan la gran cantidad de conejos que hay en la zona para cazarlos de manera ilegal, puesto que se trata de un espacio protegido en el que está prohibida esta actividad.

Según el testimonio de personas que suelen transitar por estos caminos, no es extraño escuchar ruidos de disparos.