Durante años ha pasado inadvertido para quienes atravesaban el río por el Puente Viejo, pues estaba oculto entre maleza, escombros y basura. Ahora, gracias a la obra que acomete la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) de recuperación de las márgenes del río, la ciudad de Badajoz ha rescatado un monumento, al que se ha devuelto su aspecto prácticamente original: el Hornabeque del puente de Palmas, un elemento defensivo que data de finales del siglo XVI y cuya obra de rehabilitación está a punto de culminar.

Según el director de la obra del río, Fernando Aranda, los trabajos culminarán a principios de verano, a falta de la jardinería. Aranda asegura que el resultado va a sacar a la luz "una construcción bastante parecida a la original", aunque ha sufrido varias reformas a lo largo de la historia. Las últimas modificaciones datan de mediados del siglo XVIII, que es el aspecto que volverá a presentar. Según el técnico José Luis Sánchez, el monumento "se ha rehabilitado por completo, no solo la fortificación, sino todos sus elementos auxiliares, es una rehabilitación total y permitirá darle un cierto realce".

En el interior del Hornabeque quedan por colocar algunos elementos de carpintería, como la puerta de madera que se ha rehecho en un taller de Olivenza. Las hojas de la original se encontraban muy deterioradas, quemadas y pintadas. Asimismo, a petición del ayuntamiento, se está haciendo una zanja para las acometidas de agua, saneamiento y electricidad para posibilitar futuros usos que determine el consistorio, que es el propietario del monumento.

Además quedaría la jardinería prevista alrededor. El Hornabeque consta de un cuerpo principal, rodeado por un foso, delimitado por un primer muro denominado contraescarpa, que delimita el camino de ronda hasta un parapeto. El camino de ronda servía para que las unidades militares de Infantería fuesen a la primera línea de defensa. Se va a restaurar y será accesible al público desde el parque del río. El parapeto, con unos 200 metros de longitud, rodea todo el monumento y es "prácticamente todo nuevo" pues se han encontrado muy pocos restos del original. El trazado se ha realizado según planos y fotografías antiguas. Además se han recuperado cuatro travesas, prácticamente inexistentes, que eran elementos defensivos colocados para evitar que los proyectiles de artillería en un eventual asedio impactaran en las esquinas y además servían de parapeto a las tropas de infantería.

El puente de Palmas acababa contra el hornabeque y no continuaba como en la actualidad, sino que la salida estaba por una rampa que bajaba al patio del monumento. Los dos últimos arcos del puente se construyeron en el siglo XIX, cuando el Hornabeque perdió su función defensiva y Badajoz empezó a desarrollarse en la margen derecha.

Con esta obra no se va a prolongar el parapeto hasta el puente porque entraría en el parque e impediría el tránsito de personas, aunque posiblemente se dejará marcado en el pavimento.

El camino de ronda llevará un material terrizo que no se erosiona, semejante al que se colocó en el parque de Castelar. Del parapeto hacia afuera había unos taludes de tierra, denominados glacis, con cierta pendiente. Solo se pueden reconstruir hasta la acera de la calle, y se les dará un tratamiento ajardinado. Otro elemento patrimonial que queda por restaurar y que se va a rehabilitar se encuentra en el foso, es la Fuente de la Rana, cuya bóveda está parcialmente derruida.