Son tantas las obras y los grandes proyectos que en Extremadura están parados o en vía de extinción, que cuando alguno parece que ve la luz, llegamos casi a no creerlo o nos encomendamos a la suerte para que nada pueda torcerlo. Porque motivos para ser escépticos y desconfiados tenemos más que de sobra. No hay día que no nos desayunemos con algún disgusto. Desde la obra rey de los anuncios e incumplimientos en Extremadura que es el AVE, pasando por la Plataforma Logística, a la que parece que le ha mirao un tuerto: que si orquídeas, que si proyectos mal redactados; hasta la Mina de Agua blanca, a punto de secarse, sobre todo, de trabajadores a la espera de la famosa Declaración de Impacto Ambiental. Y lo peor es que nos hemos vuelto unos descreídos. Todo nos parecen excusas.

Menos mal que hay motivos para la esperanza. Y no quiero parecerme al anuncio de La Lotería. Pero las últimas noticias sobre la recuperación del antiguo Hospital Provincial de Badajoz, te devuelven la confianza en los políticos y las instituciones. Toquemos madera. Lo dicho

Las negociaciones, no sin altibajos, la iniciaban los anteriores dirigentes del Ayuntamiento de Badajoz y la Diputación, Miguel Celdrán y Valentín Cortés respectivamente. Aunque el verdadero impulso se ha tomado en esta legislatura.

Hace unos días veíamos al actual alcalde pacense, Francisco Javier Fragoso, y al presidente de la institución Provincial, Miguel Ángel Gallardo, comparecer juntos anunciando la ubicación en este edifico de la Escuela Oficial de Idiomas. Y ayer mismo, después de que el año pasado se aprobará el Plan Director, se adjudicaba el proyecto para la ejecución de la primera fase de las obras.

No es de extrañar que los ciudadanos valoren más el acuerdo entre instituciones, la voluntad política y la capacidad de gestión. Que los enfrentamientos partidistas o las mociones de censura, que sólo sirven para el descrédito de quién las protagoniza.