El Hotel Sercotel Zurbarán de cuatro estrellas, un emblema turístico de Badajoz, ha finalizado las obras de la primera fase de su remodelación, el 50% del proyecto diseñado por la nueva propiedad, que lo adquirió el 27 de diciembre de 2017 --fecha de la firma, pues se escrituró después (Ver diario del 6 de febrero pasado)-- a su anteriores dueños, el torero extremeño Miguel Ángel Perera y su socio Miguel Moreno -hijo de Moreno Pidal-. Así lo confirmó a este diario uno de los nuevos propietarios, el empresario del sector José Luis Iniesta (Complejo Hotel Río), miembro de la entidad compradora, de la que también forman parte la sociedad Orenes, especializada en el sector del juego, y un tercer accionista afincado en Madrid.

La nueva propiedad proyecta dar continuidad a la labor de remodelación de instalaciones y servicios del hotel, que mantiene abiertas y en uso 106 habitaciones, con la reorganización del resto de habitaciones para completar su oferta sacándolas al mercado como apartamentos en régimen de alquiler como apartamentos, que una vez concluidas las reformas serían 70.

No obstante, esta decisión está en estudio y se llevará para su análisis a la reunión que mantendrá en septiembre próximo la sociedad propietaria, en la que tomarán la determinación final, explicó Iniesta, quien afirmó que el proyecto «va bien, gracias a Dios,; ahora tenemos que ver la forma de relanzarlo completamente».

Esta operación ha resultado ser de las más importantes del sector. Iniesta y Orenes eran hasta entonces los propietarios de las instalaciones del Gran Casino Extremadura, cuya explotación ganaron en un concurso de la Junta de Extremadura y que cuenta con el único hotel de cinco estrellas que hay en la ciudad, gestionado por la firma NH.

Para llevar a cabo la compra del hotel Zurbarán, Iniesta, que también tiene empresas en los sectores de juego, catering y ganadero de reses bravas, además de ser propietario del Hotel Río -en la actualidad vinculado a la sociedad de gestión hotelera Mercure--, vendió sus acciones de la sociedad del Gran Casino a su socio Orenes, por una cifra de en torno a los seis millones de euros, pasando éste a quedarse con el cien por cien de esa sociedad, así como Iniesta mantiene el cien por cien de Río.

La operación recibió el visto bueno de los órganos de competencia, de forma que Orenes e Iniesta tienen el 80% del Zurbarán y el tercer socio el 20% restante.