He leído con atención la entrevista concedida por José Antonio Monago al diario Hoy y publicada el pasado domingo. Vengo diciendo que Monago es el primero de los líderes regionales del PP extremeño al que veo alguna posibilidad de éxito electoral. Su talante personal, su estilo político y su manera de entender la sociedad son los necesarios para ese fin. Pero con eso no basta, sobre todo cuando se tiene enfrente a un líder como Guillermo Fernández Vara , que le aventaja en esas cualidades y que, además, tiene experiencia de gobierno y mayor formación multidisciplinar.

La formación multidisplinar --o, si se quiere, tener una cultura elevada-- es otra condición indispensable hoy para ser un buen líder político con posibilidades de gobierno. Esa formación te da la posibilidad no sólo de comprenderlo todo de manera rápida, sino de poder transmitirlo con eficacia y sin desvelar lagunas que no son de recibo en un político avezado. Y eso le ha pasado a Monago con su entrevista, que, siendo un documento periodístico interesante y válido en su conjunto, deja ver aspectos del líder que debería cuidar, para redondear la expresión de su valía. Decir que Fernández Vara es más de derechas que él porque procede de una familia de mayor relevancia social, porque pudo estudiar antes que trabajar y porque tiene mayor patrimonio, lo único que desvela es un desconocimiento profundo de lo que es la izquierda y de lo que es la derecha, es decir, de las ideologías.

La ideología no tiene nada que ver con el origen familiar ni con el patrimonio, sino con la voluntad. Se es de izquierdas, fundamentalmente y más que en ninguna otra ideología, por formación y por elección libre de la voluntad. Hay sociedades ricas que son tradicionalmente de izquierdas y son un ejemplo de igualdad y justicia. Pero es que la izquierda no es un invento de los pobres, sino de los ricos . Fueron los intelectuales, las élites culturales, ciertos elementos burgueses y aristocráticos --la sociedad ilustrada y jacobina-- los que crearon esa marca que ahora se llama izquierda . De hecho, los grandes cambios de la humanidad siempre los ha hecho ese tipo de gente sobresaliente. Por eso, atacar a un adversario empleando un argumento desconocedor de las ideologías no favorece a quien lo emplea. En esto, lo único que ayuda es la lectura y el estudio.