TRtesulta cansino volver a insistir sobre ciertos asuntos, pero no queda más remedio, porque, se diga lo que se diga, no acabamos de ver soluciones. Me refiero, quizás no esté claro, al asunto de la limpieza de Badajoz. No podría escribir con igual soltura de todos los barrios, porque no los visito todos con la misma frecuencia. Pero sí puedo opinar del centro, del casco antiguo. Lo disfruto y lo sufro día a día.

Parecía que algo mejoraba. Se ven barrenderas y barrenderos y en algunos momentos puede creerse que comenzamos a estar, como ciudad, un poco más presentables. Muy pronto volvemos a la dura realidad. Eso es sólo apariencia, apenas un lavado de cara. En muy pocos días se han producido dos sucesos que hacen pensar en un espejismo: la pérdida de aceite de la máquina municipal en la calle Felipe Checa y la avería, apenas la semana pasada, de casi todos los camiones de recogida de basura. Eso es muy serio, porque habla, lisa y llanamente, de una infraestructura calamitosa. Lean, además, los comentarios a las noticias que hacen, en internet.

El concejal de la cosa ha dado explicaciones. Fatalistas, como siempre: lamentable, desafortunado, hacemos lo que podemos, tenemos el parque que tenemos. Gimoteos, vaya. Si de verdad se tomaran esto en serio, los vehículos, las máquinas de la limpieza, muchas o pocas, modernas o anticuadas, no se pararían todas a un tiempo. Pero qué mantenimiento es ese. ¿Qué se quiere decir cuando se hacen declaraciones voluntaristas sobre toma de medidas? ¿Qué medidas son esas?

Miren. Ya sé que en el ayuntamiento no me van a creer, pero trato con todas mis fuerzas de confiar en ellos. De pensar que son capaces de promocionar a Badajoz, demostrando, entre otras cosas, que es una ciudad limpia. Y entiendo que, al final, siempre es cuestión de dinero. Pues, lo primero es lo primero, menos fiestas, menos Manolo García --lo siento-- y más limpieza. Si hay que priorizar, prioricen al hacer los presupuestos y, sobre todo, échenle imaginación. Esta ciudad la derrocha a quintales y, precisamente, los munícipes carecen de ella. Es cuestión de dinero, pero también de organización. A lo mejor si les preguntan a los sindicatos reciben alguna sugerencia aprovechable. Háganlo, que no muerden.