El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, ha llegado a arrepentirse de haber llamado "indecente" a su contrincante, el popular Mariano Rajoy, en el debate televisivo que atrincheró a miles de votantes frente a la pequeña pantalla. El insulto chirrió, como también ha chirriado que el alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, haya dicho de Guillermo Fernández Vara, que es un presidente de la Junta "indigno" para los pacenses, porque no defiende los intereses de estos ciudadanos.

Los insultos entre políticos son cada vez menos tolerados por los vecinos de a pie, que no ven con buenos ojos que sus representantes públicos caigan en la salida fácil del exabrupto, que al final produce el efecto contrario y descalifica a quien abusa de la incontinencia verbal.

Con la sensatez y prudencia que caracterizan sus intervenciones, el portavoz de Podemos Recuperar Badajoz en el ayuntamiento, Remigio Cordero, volvió a lamentar en la último pleno ordinario de la corporación municipal, que PP y PSOE abusen del argumento "y tú lo hiciste peor", porque "no sirve de nada, ni nos conduce a nada". Para Cordero, esa manía del que gobierna de reprochar a quien tuvo experiencia anterior, que no hiciese cuando pudo hacerlo lo que ahora pide, no tiene ninguna traslación en el bienestar ciudadano y por eso carece de sentido, ya que lo que él busca, según defiende a menudo, es intentar mejorar el futuro.

Si ésas fuesen las mismas premisas de quienes nos gobiernan en el ayuntamiento y en la Junta, esta semana no hubiésemos asistido nuevamente a un enfrentamiento público entre Vara y Fragoso, Fragoso y Vara, a costa de las afrentas que Badajoz, según su alcalde, recibe por parte del gobierno regional.

Vara y el PSOE local echan mano de los números y argumentan que esta ciudad va a recibir más dinero que con Monago (20 millones en el 2016, mientras que con el PP lo máximo que percibió fueron 7,3). Ahí están el anuncio de una Facultad de Medicina, la Ronda Sur, mejoras en la carretera de Cáceres (¿alguien ha hablado de autovía?), la regeneración de El Campillo, instalaciones deportivas, la piscina de la Margen Derecha y la ampliación de las plazas para mayores en una residencia, aunque no sean en un edificio de nueva planta. No les faltará razón. Como tampoco a Fragoso, cuando dice que no todo es cuestión de dinero, pues hay decisiones políticas que afean a la ciudad, como es la desaparición del Consejo Consultivo, el detalle de reducir en 15.000 euros la aportación al Museo del Carnaval o la obstinación en rebajar los festivos en los se permite abrir a las grandes superficies, en una ciudad cuya principal actividad económica es el comercio.

Ambos parecen defender que miran por el futuro de la ciudad, pero ninguno sabe hacerlo sin enfrentarse al otro. El motivo pudiese estar en que pertenecen a distintos partidos, pero si fuese el mismo el que gobernase en ambas administraciones, siembre habría voces desde otras siglas que denunciarían la sumisión por la disciplina exigida.

Ambos, Fragoso y Vara, han exteriorizado tanto sus desencuentros que necesariamente su relación se resentirá. Puede que su mal rollo sea solo una escenificación que en su vida privada no les quita el sueño, pero tendrá sus consecuencias en la puesta en marcha de actuaciones en beneficio de los ciudadanos que dependan del buen entendimiento de las dos instituciones. No hay vuelta de hoja. Badajoz es Extremadura y Extremadura también es Badajoz.