Voy a contextualizar para intentar que se entienda el sinsentido que ha precedido a la indecisión del ayuntamiento y a la demora de la Junta de Extremadura en el asunto de la ampliación del horario de los establecimientos de hostelería durante la celebración de La Noche en Blanco. Toda fiesta que se celebra en el Casco Antiguo (que son todas las de esta ciudad) llega precedida de la advertencia de un grupo de vecinos que alerta a las administraciones de que este entorno está declarado como Zona Saturada de Ruidos. Son pocos, pero aunque fuese solo uno, la ley lo ampara, los responsables de gobernar lo saben y de ahí viene el problema. A mediados de agosto, la Confederación de Empresarios de Turismo de Extremadura (Cetex), que representa a un nutrido grupo de hosteleros, envió a la Junta de Extremadura la solicitud para que los establecimientos asociados pudiesen abrir dos horas más esa noche. Como el mes es inhábil, no había nadie sentado a la mesa de quien tiene que tomar la decisión. Dos días antes de la fiesta, los negocios aún no sabían hasta qué hora podrían permanecer abiertos. La cuestión no es baladí, pues de esta petición dependía que tuvieran que llenar más o menos sus neveras, los barriles que debían pedir a sus proveedores y los contratos de personal extra.

La decisión depende de la Junta, que se dirigió al ayuntamiento para solicitar un informe sobre el horario conveniente. La respuesta del gobierno municipal no tenía desperdicio, por la vaguedad que transmitía, la ausencia de determinación y fundamentalmente, por su ambigüedad. El gobierno del PP ya había decidido que este año las actividades de La Noche en Blanco terminarían a las 3 de la madrugada, en lugar de a las 4, como en ediciones anteriores, por respeto precisamente al descanso de los vecinos del Casco Antiguo, que están con las pestañas en alto. Siendo así, se preveía que la postura del ayuntamiento no sería a favor por tanto de la petición de Cetex. Sin embargo, a preguntas de este diario para conocer su posición, contestó escuetamente que «no se oponía». ¿No se opone a qué?. «A lo que pide Cetex». Extrañaba, pero así contestó tres días antes de La Noche en Blanco. La secretaria general de Política Territorial y Administración de la Junta envió un escrito al ayuntamiento solicitando sus argumentos. Con fecha 31 de agosto (la Noche en Blanco se celebró el 2 de septiembre), la primera teniente de alcalde, María José Solana, en calidad de alcalde en funciones, dirigió la siguiente respuesta a la secretaria general: «Habiéndose recibido resolución de esa secretaría general, de fecha 30 de agosto de 2017, en relación a la ampliación de horarios de los establecimientos hosteleros de la ciudad de Badajoz, participantes en el evento cultural La Noche en Blanco, cuyo horario de celebración discurre entre las 21.30 horas del día 02 de septiembre del 2017 y las 03.00 horas del día 03 de septiembre del 2017, este ayuntamiento a través de su alcalde, no se opone a la ampliación de horarios solicitada, hasta la finalización del evento descrito». De imposible compresión. Ni el abogado de Cetex sabía a qué atenerse. De este escrito se deducía que los bares solo podrían abrir hasta las 3 de la madrugada, que no era lo que pedía la hostelería. Pero al día siguiente, un día antes de La Noche en Blanco, el ayuntamiento rectificó y del texto anterior borró las últimas líneas para aclarar que solicitaba la ampliación hasta las 4 de la madrugada «en aras a facilitar la terminación escalonada de todos los actos relacionados con la referida noche». No se entiende esta indefinición hasta última hora. O quizá sí.