El complejo hospitalario Infanta Cristina y los centros de salud del área sanitaria de Badajoz producen cada año 316.000 kilos de basura médico-sanitaria de diferente tipo, cuya gestión varía en función de su origen. El SES ha adjudicado a la empresa Interlum la gestión de todos sus residuos no radioactivos, con un costo anual de 436.450,74 euros.

La empresa se encarga de la retirada y gestión de residuos contaminados, químicos, citostáticos y medicamentos caducados de los hospitales y centros de salud del área sanitaria, que se almacenan en envases específicos para cada tipo. Deben retirarse antes de 72 horas cumplimentando un documento de control.

En concreto, según datos facilitados por el SES, remitidos por escrito en respuesta a un formulario presentado por EL PERIODICO, la basura médico-sanitaria que se origina en los tres hospitales del complejo pacense es de 280.000 kilos anuales, que se desglosan así: 165.000 kilos al año de residuos sanitarios contaminados, 110.000 de residuos químicos, 6.600 de residuos citostáticos y medicamentos caducados y 2.000 litros de residuos radioactivos sólidos y líquidos. Además, otros 33.000 kilos se recogen cada año entre todos los centros de salud de este área.

MEDICINA NUCLEAR En cuanto a los radioactivos, tanto sólidos (viales, jeringas, sistemas, gasas y generadores) como líquidos (orina, suspensiones analíticas), proceden de los laboratorios de radioinmunoanálisis y del Servicio de Medicina Nuclear, siendo controlados por el Servicio de Protección Radiológica y por el Consejo de Seguridad Nuclear.

El complejo hospitalario genera 2.000 litros de desechos sólidos de medicina nuclear, que van en bolsas de 10 litros; el 90% son residuos de Tecnecio-90 con una vida media de seis horas; el 7% de Talio 201 y Galio 67, con una vida media de 72 horas y el 3% de Yodo 131, con una vida media de siete días. Estos se separan en función de su duración y se almacenan en bolsas de alta resistencia que se introducen en contenedores blindados, en una cámara caliente y viendo los niveles de radiación hasta la comprobación de su completa pérdida de actividad. Los retira la empresa suministradora de generadores radioactivos, mientras que para los de vida media alta se tiene un contrato con Enresa.

Asimismo, los residuos nucleares líquidos se almacenan en depósitos de 2.000 litros con un sistema automático de gestión. El 95% son de Tecnecio y se almacenan para su desactivación, dilución y eliminación. Los de laboratorio, líquidos y sólidos, son de Yodo 125, con una vida media de dos meses.

El propio Servicio de Protección Radiológica del hospital supervisa los procesos de desactivación y eliminación. Y la gestión de los restantes desperdicios compete a la Subdirección de Obras y Mantenimiento del área de Badajoz. La finalidad última de todo el proceso es, según el SES, "eliminar los riesgos para la salud y la preservación del medio ambiente".