La Concejalía de Infraestructuras ha iniciado una ronda de contactos con las asociaciones de vecinos para conocer de primera mano sus necesidades y tratar de darles solución, según explicó el concejal de este área, Jesús Colado. La iniciativa ha partido de la propia concejalía con el objetivo de, una vez conocidas las demandas de los barrios, poner en marcha «un plan de acción de mejora de la ciudad» a lo largo del 2017.

Según el concejal, además de recoger las reivindicaciones que en materia de Infraestructuras tengan en lo que se refiere a actuaciones «de puesta a punto» de las barriadas, también se quieren conocer las «sensibilidades» de los vecinos «en grandes proyectos» que en el futuro se pudieran incluir en un plan de inversiones municipal. «No debemos olvidarnos de que los vecinos son quienes mejor conocen sus barrios y nos pueden indicar en un momento dado cuáles son las prioridades», afirmó.

Coslado, junto al jefe de servicios de Vías y Obras, Miguel Ángel Bonilla, ya ha mantenido encuentros con los representantes vecinales de Pardaleras, Cañada-Moreras y la barriada de Llera. Esta semana harán lo propio con los de Cerro Gordo.

Según el concejal, hasta ahora, la mayoría de las necesidades plateadas por los vecinos en estas reuniones han sido relativas a pequeñas actuaciones por el mal estado de los acerados, de las calles y la seguridad vial. En este sentido, Coslado aseguró que la voluntad de su departamento es dar respuesta «inmediata» a estas demandas de menor envergadura.

Así ha sido ya en el caso de una de las peticiones que formuló la Asociación de Vecinos de Cañada-Moreras sobre el arreglo de las farolas de la calle Málaga y junto a la sede del colectivo vecinal, que los vándalos habían roto, «dejando media calle a oscuras», según se quejó la presidenta, Carmen Alor. Para tratar de frenar estos ataques incívicos, también han pedido que se cambie la puerta del local, cuya cerradura ha sido serrada en dos ocasiones en poco tiempo.

Además, Alor pidió a Coslado que se arreglen los acerados de algunas calles de la barriada, como el de Padre Fermín Barbas, donde «los agujeros» impiden que pasen personas en sillas de ruedas o con carritos de bebé. También solicitó que se acondicionen las aceras de la calle Moreras y Pescadores, entre otras. «Vamos a ver cuándo lo arreglan. Hemos hecho escritos con todo lo que hace falta y estamos a la espera de que lo empiecen a solucionar», dijo la presidenta vecinal, quien se quejó del «abandono» que sufre la barriada y confió en que esta vez se dé respuesta rápida a sus peticiones.

También el presidente de la Asociación de Vecinos de Pardaleras, Juan José Martín, trasladó a Coslado la necesidad de que se pongan a punto los acerados en muchas calles de la barriada, como Fernando Sánchez Sampedro, con un tramo «intransitable»,o la calle san Juan de Dios. También reclamó que se arregle la calle peatonal La Maya y aprovechó para informar al concejal de que algunos parques están descuidados y de que la poda de los árboles no se hace como se debiera. Martín defendió que Pardaleras nunca ha pedido obras «farónicas, sino de «mantenimiento» y aseguró que su intención es ayudar a mejorar el barrio. «Somos colaboradores del ayuntamiento, no enemigos», aseguró.

El representante vecinal, además, urgió al concejal de Infraestructuras que se derribe el viejo colegio Nuestra Señora de Bótoa, en la calle Stadium, que los alumnos ya abandonaron hace más de un año con el traslado al nuevo centro.