El sabor afrutado siempre es tentador y muy descriptivo. La presencia de fruta contribuye a dulcificar platos, alegra la vista y potencia el contraste de sabores. Las fruta tiene la facultad de que aun de orígenes diversos, la mezcla suele resultar refrescante y sorprendente. Nacen de distintos árboles y crecen en diferentes climas, pero hay variedades que se adaptan a hábitats dispares y el resultado es enriquecedor. Aun tratándose de un producto que ofrece directamente la naturaleza, su proceso de crecimiento afecta al resultado final, que depende mucho del momento en que sea arrancado del árbol. Si la fruta se deja demasiado tiempo, puede madurar en exceso, ser pasto de los pájaros o caer al suelo y perderse definitivamente. Si se coge pronto, tendrá que madurar de forma artificial y no contendrá todo el sabor para el que fue engendrada.

En el mundo frutícola no hay xenofobia. La unión de distintas especies a través de injertos ha logrado llevar al frutero nuevas variedades que potencian las virtudes de las originales y diversificar el mercado. Hay que probar primero para demostrar la compatibilidad. Frutas dispares en presencia y sabor pueden coexistir en un postre. La fruta variada siempre es garantía de un mayor aporte de vitaminas y la mezcla no tiene porqué resultar chocante, siempre que todos los ingredientes casen adecuadamente y tengan como única meta agradar la vista y satisfacer paladares exigentes dispuestos a experimentar nuevas sensaciones.

De frutas decidieron disfrazarse los concejales de los tres grupos de la oposición municipal para asistir al pregón del Carnaval. El sentido del humor nunca está de más, ni siquiera cuando se aplica a las difíciles relaciones políticas en el ayuntamiento. El Carnaval permite además ciertas licencias que en otras circunstancias podrían parecer irreverentes. Como humor parece que no les falta, los tres grupos lograron ponerse de acuerdo también en en esto. Tomaron como referencia una comparación despectiva que usa el alcalde, Francisco Javier Fragoso, para describir una relación que, en su opinión, es contra natura. Fragoso ha comparado en varias ocasiones el posible pacto entre las tres fuerzas políticas de la oposición con la mezcla imposible de peras, manzanas y sandías. No siempre utiliza la misma variedad de frutas para referirse a la inconsistencia de su potencial acuerdo.

Muy bien deben llevarse los tres grupos de la oposición para ponerse de acuerdo en el disfraz a partir de la idea que el propio alcalde les dio y que les ha dado mucho juego. Juntos pero no revueltos, eligieron variedades de frutas con colores alusivos a sus formaciones políticas: de naranjas los concejales de Ciudadanos, ciruelas moradas para los de Podemos y frutas variadas para los socialistas, que bien podían haber escogido un racimo de uvas con Ricardo Cabezas como sarmiento, para escenificar que todos van a una como en Fuenteovejuna. Muchas horas habrán compartido los 14 para pensar, decidir, diseñar y bromear sobre el disfraz. Solo en la confección habrán pasado juntos mucho Tiempo entre costuras. El PP les ha dado pie al entendimiento, lo mismo que provoca cuando retrasa el presupuesto municipal y no se decide a negociarlo y cuando optó por ausentarse de todas las tertulias semanales en emisoras de radio, a las que asisten siempre concejales de la oposición pero nadie del equipo del gobierno y donde, más que en las comidas mensuales, se han ido fraguado puntos en común de las tres siglas y les han dado ocasión de debatir sobre los intereses de la ciudad. Se verá si es o no el momento de recoger el fruto.