El instinto felino la salvó de las llamas. Cuando ocurrió el fuego de ayer, en el piso también había una gatita de 4 meses, siamesa, llamada Alfalfa. Involuntariamente fue una de las protagonistas. Su afán de supervivencia la atrajo hacia una ventana que estaba abierta, saltó y permaneció agazapada en la estrecha cornisa de la ventana, a elevada altura, cerca del humo, hasta que un bombero la rescató desde dentro, entre los aplausos de la gente que la observaba.