El portavoz municipal de IU, Manuel Sosa, denunció ayer lo que denominó una "triquiñuela legal" y un caso de "ingeniería urbanística", que según él está amparando el inicio de obras en la cuarta fase de Golf Guadiana. Sosa mencionó un informe del jefe de servicio de Urbanismo según el cual no se puede urbanizar ni construir en esta fase porque no está hecho el apartotel, pero en esta zona se están vertiendo tierras sobrantes de Cerro Gordo, donde construye Joca y se están allanando, unos trabajos que según la Ley de Suelo requieren licencia.

El concejal Ramírez del Molino confirmó que el movimiento de tierras está autorizado y Joca cuenta con licencia para verter en la zona más próxima. El concejal entiende que "lógicamente" no se van a dejar los montones, sino que hay que extenderlo, "por seguridad y por estética".

Por su parte, el empresario Angel Medrano confirmó que Joca pidió autorización a Golf Guadiana para verter en su terreno, para no tener que cruzar la carretera e ir a verter al río, con los consiguientes cortes de tráfico, que también perjudicarían al propio campo de golf. Para solucionarlo, Golf Guadiana les permitió verter allí. Medrano dice que no son ellos los que tienen que pedir licencia porque además "a nosotros ni nos beneficia ni nos perjudica". El único requisito que pusieron a Joca es que compactaran, y así se está haciendo.

Sosa anunció que llevará este asunto a la Fiscalía, a lo que Ramírez del Molino respondió que "puede hacer lo que quiera" pues "tantas veces lo ha llevado y tantas veces le han dado en los pestorejos ...".