Alrededor de un centenar de personas participó ayer en un acto convocado por el PSOE y la UGT, celebrado en el cementerio viejo, para rendir homenaje a las personas que murieron asesinadas tras la toma de Badajoz por las tropas nacionales durante el levantamiento de Franco contra la legalidad republicana, durante los días 14 y 15 de agosto del 1936, hace 72 años.

Los asistentes, entre quienes estaban el secretario provincial del PSOE, Francisco Fuentes; el secretario de UGT, Angel Llinás; el de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Fernando Ayala; Manuel Sosa, concejal de IU, y numerosos militantes e históricos del socialismo y la izquierda pacenses, colocaron varias coronas y ramos de flores en el tumba comunitaria del cementerio y posteriormente llevaron otros ramos ante el nicho del que fue alcalde socialista de Badajoz, Sinforiano Madroñero, también asesinado.

Fuentes afirmó que el acto es "para no dejar que caiga en el olvido lo ocurrido en la Guerra Civil, que una nueva historiografía pretende hacer ver que no ocurrió, y si nos descuidamos nos roban hasta la cartera". A quienes critican "este sencillo acto de recuerdo a quienes murieron asesinados", dijo Fuentes que "hay que tener bajeza moral para no entender que hay gente que quiere enterrar a sus muertos y que no sabe dónde están". Y señaló que la Ley de la memoria Histórica permitirá recuperar la historia de los que sucedió pueblo a pueblo hace 72 años".

Fuentes recordó que lo ocurrido no fue una guerra entre ejércitos, sino un "exterminio" desde Sevilla a Badajoz por la Nacional 630, "hasta que cayó el último pueblo de la provincia, a finales del 36".

Al acto asistió Paloma Alonso Olea, hija del comandante que rechazó el levantamiento del general Carracedo y que defendió la plaza y la legalidad, y que fue fusilado nada más entrar Yagüe en la ciudad. Alonso contó que recuerda "el sentimiento de dolor" por la pérdida de su padre y "de lo que podía haber sido España sin esa atrocidad". Y afirmó que "no quiero venganza, pero no puedo perdonar ni olvidar".

A las dos de la tarde del día anterior, la escultura que está frente al palacio de congresos volvió a proyectar en el suelo la forma de una rosa, en homenaje a quienes fueron asesinados en ese lugar, donde antes estuvo la vieja plaza de toros de Badajoz, escenario de los fusilamientos masivos en agosto del 36, tras la toma de la ciudad.