Jean Béliveau salió el 18 de agosto del 2000 de su casa en Montreal (Canadá), donde espera estar de regreso en el 2012, después de haber recorrido a pie 75.000 kilómetros de 75 países. Afirma que lo hace para promover la paz para los niños.

--¿Cómo tomó esta decisión?

-- Estaba corriendo, haciendo deporte cuando empecé a pensar cuánto tardaría en recorrer el trayecto entre Montreal y otras ciudades, sólo por fantasear, hasta que tomé la decisión de cruzar todos los continentes. Todos nos planteamos la posibilidad de abandonar nuestras responsabilidades. Yo quería descubrir otros valores distintos a los de esta sociedad tan materialista. Estoy escribiendo un libro con todas las experiencias que vivo.

--¿Cómo lo afrontó su familia?

--Ellos me han apoyado desde el principio. Mi mujer viene cada año y pasa un mes conmigo. Mi padre está ahora en el hospital; antes de salir me dijo: no te preocupes por mí, yo sé que tú eres feliz y eso es bastante para mí. Mi hijo vino hace 4 años a caminar conmigo dos semanas y hablamos mucho... mucho. Cuando ya estaba todo preparado, mi hija me anunció que estaba embarazada. Mi nieta tiene 5 años.

--¿Cómo se organiza?

--Camino con un carrito de bebé en el que llevo, una tienda de campaña, el saco de dormir, un botiquín con lo más imprescindible. Aquí en Badajoz me quedo en el Centro Hermano. Acudí a la policía local y me orientaron. No pido dinero. La gente me ayuda con comida, un lugar donde dormir, ropa.

--¿Ha encontrado muchos inconvenientes?

--No muchos. He pasado por la cárcel en Estados Unidos, Sudáfrica y Brasil. En una ocasión dormí en un mausoleo porque me sorprendió la lluvia.

--¿Cómo se defiende con los diferentes idiomas?

--Lo que sé de castellano es por los dos años en Latinoamérica. También portugués por el tiempo que he estado en Brasil. En Africa, con algunas tribus me tenía que defender con gestos.

--¿Qué lugar le ha sorprendido especialmente?

--Siempre el último. La cultura de Etiopía es diferente.

--¿Y qué paisaje?

-- Los desiertos de Chile y de Sudán.

--¿Y las personas?.

--Varios premios Nobel: Adolfo Pérez Esquivel, Mandela. Tengo sacos llenos de recuerdos. Una vez encontré a un niño en Perú que me dio tres papas calientes; para mí fue más importante que el billete de avión gratis de Brasil a Sudáfrica.