En una bolsa de deportes, abrigada con una manta azul y llorando. Así encontró una joven el 18 de septiembre a un bebé, con escasas horas de vida y todavía con una pinza en el cordón umbilical, junto al portal número 9 de la calle Sergio de Luna, en Ciudad Jardín. La chica, de 25 años, salía del edificio cuando encontró al bebé, una niña de pelo rubio y tez blanca, en un rincón de un pequeño patio. "La puerta chocó con la bolsa y se dio cuenta de que era un bebé. Vimos que estaba bien y llamamos a la policía", contó Ana María Dópido, suegra de la joven que prefirió no hacer declaraciones a la prensa.

La niña, a quien las enfermeras del Materno Infantil pusieron Carmen, vestía ropa clara. En la bolsa solo había un chupe. "Estaba llorando, la acuné un poco y se calló", explicó Ana María Dópido. Poco después llegó una patrulla de la Policía y una ambulancia, en la que trasladaron a la recién nacida al Materno Infantil. Los médicos confirmaron que estaba en buen estado de salud. La niña pesó 3,4 kilos y no presentaba síntomas de hipotermia.

La pequeña no debió pasar mucho tiempo a la intemperie, pues, según relató otra vecina, Marisol de Luis, su marido y su hijo llegaron a casa sobre las diez menos cuarto de la noche y no vieron nada. Cuando la joven que halló al bebé alertó a su familiares, su novio dio una vuelta por los alrededores pero no vio a nadie.

"Ha sido un susto y nos ha dado mucha pena de que la hayan abandonado así", lamentó Ana María. "Era muy linda y me entraron ganas de meterla para casa, pero se la tenían que llevar", decía con una sonrisa. También reconoció que no ha sido una noche fácil, "porque he pensado mucho en la niña y me da pena que todavía sucedan estas cosas. Una no se da cuenta de eso hasta que lo pasa", reflexionó.

Ana María Dópido se alegró de que su nuera encontrara a la niña poco después de que la dejasen en su portal porque "si hubiera sido más tarde, anoche hacía frío y hubiera podido pasarle algo". La policía investigó el caso para localizar a los padres del bebé. La delegada del Gobierno, Carmen Pereira, ya había señalado que los agentes no tenían ninguna pista.

Y es que a primera hora de la mañana eran muy pocos los vecinos de la calle Sergio de Luna Gómez --ni del propio bloque donde la encontraron-- que se habían enterado de la noticia y muchos menos los que habían presenciado la llegada de la ambulancia y la policía la noche anterior. "Oímos llorar a un bebé, pero se calló enseguida y pensamos que era el hijo de una vecina", comentó una de las inquilinas del edificio.

La recién nacida, tras ser objeto del protocolo establecido para nacimientos de embarazos no deseados, que incluyen pruebas de enfermedades de transmisión sexual y VIH, además de las de audición y metabólicas, quedó ingresada en el Materno hasta que se hicieron cargo de ella los servicios sociales de la Junta.

Carmen presenta rasgos caucásicos, un factor del que no se pudo inferir mucho. La policía cotejó la lista de pacientes atendidas en los últimos días en el Materno y en otras clínicas de la ciudad y cercanas, para lo que había solicitado una orden judicial.

La policía estudió la pinza que llevaba el bebé en el cordón, que se había colocado "de un modo profesional", según las fuentes consultadas, aunque no tenía código de barras ni son del modelo que se usa en el Materno de Badajoz ni de otros hospitales del SES.