El Juzgado de Menores ha dictado un auto por el que el joven Carlos M. S., de 18 años, acusado del crimen de Antonio Márquez Ardila --que tenía 17 cuando ocurrieron los hechos junto a su casa en Talavera la Real--, saldrá hoy del centro Marcelo Nessi y quedará en situación de libertad vigilada. Esta situación se produce tras pasar los nueve meses que como máximo permite la Ley del Menor para el periodo de prisión preventiva --seis meses más una prórroga de tres--.

Este hecho se produce porque, según el abogado Antonio Ortiz, que lleva la acusación particular en nombre de la familia de la víctima, falta un informe del Instituto de Toxicología de Sevilla sobre una prueba de ADN que resulta vital para poder hacer la calificación del delito. Según Ortiz, dependiendo del resultado se podrá acusar al joven de homicidio o de asesinato, en función de los indicios existentes sobre la posibilidad de que hubiera premeditación, ante agresiones anteriores, pues la víctima mostraba una herida producida antes del crimen.

El auto de la jueza María José Amores es del 28 de febrero pasado y la acusación y el fiscal lo han recurrido el 3 de marzo, para pedir que el joven, que tenía 17 años cuando cometió el presunto delito --ahora tiene 18--, ingrese en un centro terapéutico hasta el juicio, "si es que hay base para ello", dijo Ortiz. Y que en todo caso, alguien lo controle expresamente. La jueza prohíbe en su auto al menor ir a Talavera y comunicarse con los familiares de la víctima por cualquier medio, y acercarse a ellos, así como debe presentarse cada 15 días a firmar en el juzgado, "por la alarma creada y para evitar males mayores".

El recurso pide un control diario del menor y un informe semanal mientras esté en libertad vigilada. La fecha del juicio depende aún de la calificación de las partes y éstas, a su vez, del informe toxicológico.