El periodista y escritor Juan Gómez-Jurado, que ha firmado desde intrigas históricas a thrillers americanos y hasta un primer título de una saga infantil y juvenitl, Alex Colt. Cadete espacial, recaló ayer en la Feria del Libro de Badajoz para hablar sobre El arte de contar historias.

Según el autor, su cometido era contar «algunos de los pequeños secretos que utilizamos los escritores para manipular las mentes de los lectores, para que las historias sean más divertidas y más emocionantes y lleguen a los corazones y a las cabezas de la gente». Para Gómez-Jurado, lo importante de un libro es que «emocione». Para ello, el autor se tiene que preguntar «qué libro me gustaría a mí leer y a partir de ahí, cuando ya tienes la historia, empiezas a construir las herramientas, el lenguaje apropiado, no es lo mismo un libro para adultos que para niños». De hecho, tuvo que «dar una vuelta tremenda para comprender cómo escribir para niños de 11 y 12 años».

El escritor considera que «lo importante de contar historias es contarlas». Por eso, cuando le preguntan qué siente cuando comprueba que sus libros se han traducido a tantos idiomas y se han publicado en tantos países, su respuesta es que «eso es lo de menos, porque en realidad lo que tenemos que hacer es contar historias interesantes, divertidas y, a partir de ahí, lo que venga vendrá». En su caso, lo que ha venido es que «detrás de mi trabajo ha llegado el reconocimiento del público».

Un público de dos generaciones, pues se ha lanzado de lleno a la conquista de los lectores más jóvenes. Según dijo ayer, este paso ha sido «obligado» porque tiene una hija de 12 años y un niño de 9, que le pidieron que escribiese algo para ellos. «A mí no me quedó más remedio, porque cuando tu hijo te dice una cosa, por muy mala idea que sea, no puedes más que aceptar y sorprendentemente ha salido muy bien». El resultado fue Alex Colt, que es número 1 en España en literatura infantil.

La historia gira en torno al acoso escolar. Pero el escritor huye de que las obras destinadas a niños tengan necesariamente un mensaje, una enseñanza. «Yo no creo que un escritor tenga que utilizar la moraleja jamás, porque los niños son niños, no son idiotas y se dan cuenta de cuándo estás intentando colarles un gol». Por eso, lo mejor, en su opinión, es que cuando se cuenta una historia sea una preocupación propia. Alex Colt es un niño que viaja al espacio para estudiar en un colegio alienígena. Reconoce que en el libro se aborda «entre otros temas» el acoso escolar y que «es verdad que mi libro está ayudando a muchos niños que están sufriendo acoso escolar, y me alegro mucho, pero yo no lo escribí para eso, lo que quería era contar una historia bonita, que gustase a los niños».

«Es verdad -insiste- que cuando tú eliges un conflicto también tienes un cierto poder sobre qué conclusión se va a extraer después y en este caso ha salido así, el libro está ayudando a mucha gente que sufre acoso escolar y a otros a aprender qué es lo que no se puede hacer». El escritor apunta que hay niños que son muy crueles. Él mismo sufrió acoso escolar «y como tal me importaba», pero añade que cuando estaba intentando escribir el libro no estaba pensando en eso, «sino que simplemente cuando lo acabé fui consciente de lo que había hecho».