El vecindario de los grupos de Santa Teresa, que se encuentra en las traseras del Banco de España, se mostraba ayer más tranquilo tras conocer la noticia de que el antiguo inquilino que ocupaba el segundo izquierda, Angel Núñez Cerrato, quien el 6 de marzo del pasado año hizo explotar una bombona de gas butano --causando grandes destrozos y sufriendo él mismo quemaduras en el 20% de su cuerpo--, ha sido condenado a seis meses de prisión y a no acercarse a ninguno de los residentes, ni al bloque número 6, a menos de 300 metros por un periodo de cinco años, tras ser hallado culpable de un delito de amenazas.

Tal es la condena impuesta por el titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Badajoz, en una sentencia firme por ser de conformidad entre las partes. En ella el juez indica que se ha tenido en cuenta la concurrencia de la atenuante de enfermedad mental, al dictar una sentencia condenatoria por un delito de amenazas, a la pena ya señalada con anterioridad.

Considera como hechos probados que a las 23.30 horas del día 10 de mayo del pasado año 2006, el acusado procedió en "tono conminante e intimidatorio" al dirigirse a E. R. D., y a otros vecinos que se encontraban en el bloque de viviendas del portal 6, expresándoles "que lo que había ocurrido no era nada comparándolo con lo que iba a ocurrir posteriormente".

CONDUCTAS VIOLENTAS También señala el texto judicial que el acusado "viene protagonizando diferentes conductas violentas y conminatorias con diversos vecinos del bloque. Así ocurrió con E. B. L., y E. R. L., en diciembre del año 2001, "con amenazas con una lezna de zapatero" y dando fuertes golpes que provocaron daños en la puerta de la vivienda de A. C. R., en mayo del 2003, en dos ocasiones.

Se recoge también en los hechos probados que la misma vecina denunció en septiembre del 2004 "otra serie de altercados con diversos vecinos que no fueron denunciados y que provocaron que varios de ellos se marcharan del bloque". En la actualidad hay varias viviendas de esos grupos que están en venta.

Asimismo, el 6 de marzo del 2006, el inculpado, "presuntamente con ánimo suicida, hizo explosionar una bombona de butano en su piso, causando el pánico a los moradores del bloque y daños en algunas viviendas colindantes", según reza en la sentencia.

CUADRO DEPRESIVO Además, el texto dice también que Angel Núñez "padece un cuadro depresivo de varios años de evolución, interaccionado con un síndrome de abuso de alcohol".

Una vecina de los grupos de Santa Teresa, que se identificó como Dolores, pues no quiso dar su nombre completo --como ninguna otra de las personas consultadas, por temor "a que pueda volver y no queremos más problemas"--, manifestó que el antiguo vecino ya no vive en el edificio, en el piso que es propiedad de su madre y que permanece cerrado desde que se produjo la explosión.

NO MAS PROBLEMAS Una mujer mayor, residente de una viviendas colindantes, manifestó que "desde que se marchó no hemos tenido más problemas; se fue a vivir con su madre a San Roque y solo han venido a arreglar la puerta". No así el resto de la casa, que según otra vecina, una joven que mantenía un bebé en brazos, "sigue como la dejaron; los demás han arreglado más o menos sus casas, ellos o por el seguro, y solo faltan los cristales de la escalera".

Todas las personas consultadas coincidieron en señalar que "desde que se fue, no hemos vuelto a tener problemas".

El vecindario, tras la explosión, se echó a la calle por temor a que las viviendas pudieran venirse abajo, pues salieron grietas en diversas partes del edificio, que días más tarde fueron a inspeccionar los técnicos municipales y los del seguro.

La noche del sucesos, los bomberos encontraron al causante de la explosión con un mechero en una mano y una bombona con la goma cortada. Los vecinos redactaron un escrito, que presentaron en el ayuntamiento, pidiendo que se fuera del edificio y que lo internaran.

Muchos residentes salieron esos días de sus casas hasta que se las arreglaran el seguro y se trasladaron a vivir con familiares y algunos a un hotel mientras duraron las obras. Expresaron su miedo a que ocurriera algo más grave y decían estar atemorizados, pues Angel tuvo problemas con la mayoría.