Julio ha sido un mes especialmente intenso en el Ayuntamiento de Badajoz. Quien se fue de la ciudad tras terminar la feria de San Juan y decidió hacer un paréntesis en este primer gran mes veraniego, habrá encontrado al volver que se han resuelto algunas de las cuestiones que entonces permanecían a medias o en el limbo de los acuerdos políticos.

La nueva mayoría alcanzada por el PP con el acercamiento a la única concejala de Ciudadanos, Julia Timón, le ha permitido sacar adelante asuntos paralizados por la falta de consenso suficiente con la oposición. Julio ha sido el mes en el que se han aprobado los presupuestos municipales del ejercicio en curso, junto a un plan plurianual de inversiones, una fórmula nunca vista hasta la fecha. En el mismo pleno, salió adelante el Plan de Impulso a la Economía Local, un recurso que inventó el gobierno popular para dar cobertura a inversiones con el remanente del ejercicio anterior y que pone la ciudad patas arribas los últimos meses del año, pues es obligado culminar los proyectos antes del cierre del ejercicio siguiente.

La nueva sociedad formada por el grupo popular y Timón ha dado este mes sus primeros frutos veraniegos, que a la oposición les han sabido a cítricos, a naranja amarga. Hasta algún duro hueso han tenido que tragarse, como la contratación de un asesor por parte del menguado grupo anaranjado o que a partir de ahora Timón cobre por su asistencia a las juntas de gobierno local, una ventaja pecuniaria de la que no gozaba su antecesor. Más acuerdos pendientes se han adoptado gracias al nuevo tándem, como el de la jornada de la policía local, que pretende resolver los problemas sufridos para cubrir los servicios extraordinarios y cuya resolución final no cuenta con el beneplácito de los sindicatos. El tiempo dirá si los agentes municipales acatan la orden, pues muestras han dado en los últimos tiempos de su atrevimiento a la hora de protestar por sus disconformidades. También se ha dado una solución a los bomberos, un cuerpo que se mantenía a la paciente espera del sistema que ellos sí están cumpliendo desde enero, a partir de que el acuerdo se estampó públicamente, a pesar de lo cual su abnegado cumplimiento del deber no estaba teniendo la traducción económica convenida.

En julio ha quedado despejada la incógnita de la presidencia de la Comisión de Participación Ciudadana, que ostentaba Podemos Recuperar Badajoz y quedó en el aire cuando Timón presentó la reprobación en el pleno de junio de la concejala de la formación morada, Amparo Hernández, que se aprobó con el apoyo del PP. Parecía haber caducado, pero al alcalde Francisco Javier Fragoso no olvida y antes de irse de vacaciones, se la ha retirado, al gusto de la porvavoz de Cs. Tampoco se ha dejado atrás en julio la reorganización del Ayuntamiento Abierto, una iniciativa que partió de Ciudadanos y que ahora será monográfica. Su futuro pendía de un hilo tras las disputas de la última sesión, con la participación del público, que terminaron con insultos a Julia Timón.

Lo que no ha cambiado en julio y ha ido a peor es el mal ambiente provocado por integrantes malintencionados de grupos en redes sociales, que ha llegado a degenerar en la presunta agresión a un trabajador municipal que es objeto obsesivo de sus críticas y que ha enrarecido aún más las relaciones entre el grupo de gobierno y la oposición. El insulto y la violencia no son el camino y no se debe permitir que marquen la vida municipal. Corre agosto. No puede llegar el otoño sin que este despropósito remita y termine.