Por motivos de "seguridad jurídica" no se podrán construir viviendas en la zona de exclusión de la riada que marcaron las tres administraciones tras la tragedia del 98 para evitar que volviera a repetirse. Así lo ha decidido la Agencia Extremeña de la Vivienda y así lo remarcó ayer su presidente, Javier Corominas, en la reunión de trabajo que mantuvo en el ayuntamiento con el alcalde Miguel Celdrán.

En la redacción del nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Badajoz, que ahora está en trámites en la Junta, el equipo de gobierno municipal había previsto la construcción de unas 550 viviendas en las márgenes de los arroyos, dentro de la línea marcada hasta donde la noche de la riada llegó el agua. Esta modificación fue motivo de disputa y debate hace meses entre los grupos políticos del ayuntamiento y ya Corominas había advertido de que si el ayuntamiento seguía con estas pretensiones debería garantizar la seguridad de las personas que vivan allí.

La concejala de Urbanismo, Cristina Herrera, justificó entonces esta decisión en que se trataba de "remates urbanísticos". Pero la Junta acaba de zanjar el tema con el anuncio que hizo ayer el presidente de la Agencia de la Vivienda, quien dijo que el ayuntamiento ya ha aceptado restituir la línea a la que establecieron las tres administraciones.

PERJUDICADOS Corominas explicó que esta decisión no supone "una merma significativa del número de viviendas" y el motivo es que no respetar la línea provocaría una "situación complicada administrativamente" porque hubo personas "animadas" a abandonar esa zona hacia otros lugares y ahora comprobarían que en el lugar donde fueron derribadas sus viviendas se puede construir, lo que daría lugar "a una complicadísima burocracia" por unos derechos que podrían reclamar y generarían muchos problemas tanto al ayuntamiento como a la Junta.

Al mismo tiempo, Corominas comentó que para "los remates" se pueden "mover" los viarios previstos en Cerro de Reyes de forma que las edificaciones que desaparecen a un lado de la raya, si se baja la carretera, en su lugar pueden aparecer viviendas, porque el viario se puede colocar dentro de la zona de exclusión."Es un proceso de intercambio --dijo-- relativamente fácil de hacer y no tendríamos ninguna amenaza de reclamaciones por parte de vecinos".

A este respecto, Cristina Herrera, presente en la reunión, intentó aclarar que los "remates urbanísticos" no pretendían que se construyesen más viviendas "ni muchísimo menos" y que para evitar "malentendidos" se ha pensado en la posibilidad de que "más tarde" una vez estudiada cada manzana se establezcan estos remates, en cada plan parcial individual. Pero el director general de Urbanismo, Enrique Díaz, no dejó pasar la ocasión para recalcar que las zonas de exclusión serán espacios libres mediante un "pasillo verde" en que no habrá viviendas, sino operaciones de reforma rematando medianeras.

Respecto a la tramitación del PGOU, Corominas sólo mencionó que la Junta ya tiene toda la documentación, que está siendo revisada, pero es un proceso "complejo" por lo que se ha acordado con el ayuntamiento que, en lugar de esperar a un documento final con todas las correcciones, a medida que vaya cerrando cambios o matices se remitirán al consistorio.

CON COCINA AMUEBLADA El presidente de la Agencia de la Vivienda también habló de las Casas Coloradas de la plaza Alta. Informó de que ya se están amueblando las cocinas y se ha dado orden a la Sociedad Pública de Alquiler para que empiece a partir de este lunes a publicar anuncios y se agilice la contratación de los arrendamientos.