La Asociación Amigos de Badajoz, que interpuso el recurso ante el Tribunal Supremo que acaba de emitir la sentencia sobre la facultad de Biblioteconomía, no aceptará "en ningún momento" que no se derribe el denominado "cubo", según declaró ayer el presidente de este colectivo, Antonio Manzano, a preguntas de este diario. Manzano no quiso entrar a valorar las declaraciones que los dos últimos días se han vertido desde las partes implicadas o afectadas. Solo dejó claro que ahora mismo no existe otra posibilidad que el derribo y no es posible ningún acuerdo extrajudicial entre este colectivo y las administraciones para evitar el cumplimiento de la sentencia, que según Manzano, es "clarísima" y ellos no tienen que pedir la ejecución porque se solicitó en su día.

Asimismo, el presidente de Amigos de Badajoz negó la premisa que muchos defienden de que con el nuevo Plan General Municipal se podría levantar de nuevo el "cubo" después de haberlo derribado, porque Manzano defiende que desde el punto de vista de la Ley de Patrimonio no se puede edificar ninguna construcción de nueva planta en la Alcazaba.

Con esta postura queda descartada la posibilidad defendida ayer por la vicepresidenta primera de la Junta de Extremadura, Dolores Pallero, y la Consejera de Cultura y Turismo, Leonor Flores, que apelaron en Mérida a que Amigos de Badajoz y el ayuntamiento pacense alcancen una "solución extrajudicial" que "pueda satisfacer las pretensiones de ambas partes", según indicó Pallero. La consejera de Cultura anunció que el próximo lunes mantendrá una reunión con la asociación.

A preguntas de los medios, Flores rechazó que la Junta "trate de echar el muerto" al ayuntamiento e insistió en que lo que quiere el Gobierno regional es "echar una mano y coordinar todas las acciones con el ayuntamiento". De este modo, señaló que si la Junta "tiene algún tipo de responsabilidad" la va a "asumir". La consejera explicó que tras la sentencia del Supremo, legalmente existen tres opciones. Primera: que la Asociación Amigos de Badajoz pida el cumplimiento del fallo porque fue quien apeló (posibilidad que la asociación niega que exista). Segunda: que el ayuntamiento derribe "voluntariamente" el cubo. Tercera: que se consensúe entre la asociación y el consistorio un "acuerdo" y que lo presenten ante la sala para su admisión. Este último extremo tampoco sería posible según declaró ayer Manzano. También Pallero señaló que el fallo "no niega en modo alguno que por otras circunstancias de carácter económico, socia o de oportunidad, en algún momento dado las partes intervinientes en el procedimiento puedan ponerse de acuerdo para llegar a una solución extrajudicial que pueda satisfacer las pretensiones de ambas partes".

Pese a todo, Flores apuntó que la situación "no es tan negra como parece" ya que, según dijo, en la sentencia "ni siquiera se habla de cuándo hay que cumplir el derribo" y por tanto "no tiene por qué ser ipso facto".

VOLUNTAD POPULAR Por su parte, el portavoz del equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, mostró ayer todas las dudas posibles sobre el modo de proceder para cumplir esta sentencia, que acata pero no comparte porque "hasta los jueces se pueden equivocar". Fragoso argumentó que no es el primer edificio que se legaliza a posteriori (puso como ejemplo La Banasta o el Cerro de San Miguel) ni tampoco el primer caso en el que se cambia la legislación para no cumplir una sentencia, en referencia a que el nuevo Plan General Municipal haya legalizado la existencia del cubo, como señala el Supremo. Fragoso defendió que debe prevalecer "la voluntad popular expresada en su máximo órgano, que es el pleno de la corporación" y que queda expresada en la aprobación del nuevo plan urbano.

Respecto a quién tiene que correr con los gastos del derribo, señaló que se tendrán que dirigir a la sala (del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, a la que tiene que llegar ahora el fallo del Supremo) para que aclare este extremo, pues según el concejal del PP, el derribo debe acometerlo el promotor, en este caso la Junta de Extremadura, y en último extremo el ayuntamiento de forma subsidiaria.

Al mismo tiempo, Fragoso declaró que si la facultad de Biblioteconomía se va del Casco Antiguo, supondrá "un paso atrás" en la revitalización de la zona, análisis en el que coincide plenamente con la asociación de vecinos, cuyo presidente, José María Soriano, pidió ayer a Amigos de Badajoz que "reflexione sobre el daño que se va a hacer al Casco Antiguo".