El derribo del antiguo colegio de El Progreso, ubicado en la zona de Los Colorines, será efectivo en un plazo aproximado de un mes o mes y medio, una vez que el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura lo autorice y apruebe una inversión de 420.000 euros.

El suelo del antiguo colegio será reutilizado para acoger "un gran proyecto que va a dar respaldo a la regeneración de este barrio", según anunció ayer el presidente de la Agencia Extremeña de la Vivienda, Javier Corominas, durante su visita al citado edificio, acompañado por algunos de sus colaboradores y del presidente de la Asociación de Vecinos del Gurugú, Ricardo Cabezas.

Aunque no quiso concretar nada acerca del proyecto, Corominas apuntó a una solución similar a la llevada a cabo en Mérida con el III Milenium, --que busca la integración en Mérida del Peri de San lázaro con la ubicación de dependencias administrativas de la Junta de Extremadura--, y al barrio chino de Barcelona. En este sentido, anunció que el interés de la Junta es convertir Los Colorines "en un barrio que ofrezca cosas para todo Badajoz".

Javier Corominas explicó que en una reunión convocada por el presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, a la que asistió Ricardo Cabeza, se han arbitrado soluciones alternativas para este espacio, "que corresponderá en su momento anunciar al presidente de la Junta".

OBSTACULOS La visita, ayer, del presidente de la Agencia Extremeña de la Vivienda, Javier Corominas, a Los Colorines, fue una prueba fehaciente de la intención de las tres administraciones de regenerar esta zona conflictiva de la ciudad, que integran 197 viviendas en la plaza Toto Estirado y 64 en la plaza Nicolás Díaz Pérez. Con la eliminación del antiguo colegio "desaparecerá uno de los elementos perturbadores", ya que este edificio abandonado se había convertido en un refugio peligroso, fuente de conflictos.

El acuerdo consensuado por las tres administraciones para regenerar el barrio, en su aspecto externo y en la cohesión social de las familias que residen en el mismo, empieza a dar sus frutos. Prueba de ello, es que en un plazo de quince días abrirá la oficina de la vivienda que la Junta ha ubicado en la plaza Nicolás Díaz Pérez, en la que trabajarán técnicos del ayuntamiento pacense y de la Consejería de Bienestar Social para iniciar conjuntamente el trabajo social, "necesario e imprescindible para eliminar la situación conflictiva que se vive aquí", tal y como se había acordado.

Corominas anunció que ya hay 46 desahucios en marcha, y otros en preparación, y que también se va a proceder de inmediato a la renovación de alquileres para que en aquellos casos en los que el comportamiento de los inquilinos "rompan la convivencia, no sean renovados". Con estas medidas se pretende evitar el tráfico ilegal de viviendas y reducir los comportamientos conflictivos.

FACHADAS Se analizará la situación de cada familia de forma individual y se determinará "si en un futuro hay que adjudicarles viviendas en otro sitio", según Corominas, quien recordó que "siendo la parte más importante el análisis de cada una de las familias, también hace falta una intervención externa,", por lo que anunció que también se acometerá la remodelación de portales y el arreglo de fachadas, con el fin de "lavar la cara a todo el barrio". En aquellos casos que se estime necesario se repararán las viviendas, a través de la oficina que se abrirá en el barrio.

El presidente de la Agencia Extremeña de la Vivienda se mostró convencido de que si los vecinos y el ayuntamiento consiguen integrarse conjuntamente con la Junta de Extremadura, existen recursos y soluciones para que Los Colorines deje de ser un barrio marginal y en un plazo de tres o cuatro años "la gente no recordará que este fue un barrio conflictivo".

Por su parte, Ricardo Cabeza mostró su satisfacción por las medidas anunciadas.