Los aparcamientos de la Alcazaba ya se están reorganizando y una buena parte de los espacios en los que hasta ahora se podría estacionar libremente, tendrán uso restringido. Las obras de allanamiento del terreno, sobre el que se ha vertido una capa de zahorra, han empezado. Según informó ayer la primera teniente de alcalde, María José Solana, la explanada más próxima al Museo Arqueológico, con capacidad para 90 plazas, tendrá uso restringido para profesorado y personal administrativo de la Facultad de Biblioteconomía, de la Biblioteca de Extremadura y del museo. Los usuarios dispondrrán de una tarjeta identificativa acreditativa. De momento se han solicitado 70 tarjetas. Además de adecuar el terreno, se colocarán señales indicando que se trata de un espacio al que sólo puede acceder personal autorizado.

Por otro lado, en el espacio situado más arriba junto a la facultad y la biblioteca, donde también se podía aparcar hasta ahora, sólo podrán estacionar vehículos de movilidad reducida, de servicio público (taxis) y bicicletas. El autobús gratuito llegará hasta Biblioteconomía en horario de funcionamiento de la facultad. Está previsto habilitar además una base del servicio público de alquiler de bicicletas (Biba).

En la Alcazaba sí se podrá seguir aparcando libremente en la explanada de la parte baja, la situada junto a la Puerta de Carros, con capacidad para unas 160 plazas, donde también se va a echar zahorra, según manifestó Solana. La concejala animó a utilizar el aparcamiento subterráneo de Santa María o el espacio del baluarte de San Pedro.