El Juzgado de Instrucción número 4 no ha cerrado el caso de la muerte del interno de la prisión de Badajoz Francisco Ortiz Jiménez, causada por una parada cardiorrespiratoria el pasado 20 de julio. El cuerpo del recluso fue hallado sin vida en su celda junto a una carta, presuntamente suya, en la que decía que se quitaría la vida, según confirmó la policía.

El juzgado ha ordenado diligencias y al parecer no ha determinado aún el origen del fallecimiento. Asimismo, hasta que no se incorporen el juez y el secretario de sus vacaciones, no facilitará datos del informe forense sobre si fue o no un suicidio. El cadáver fue enterrado en el pueblo del preso, Antequera, Málaga.

El jefe superior de Policía manifestó ayer que no ha recibido petición por oficio de nuevas investigaciones por parte del juzgado, ni la Brigada Judicial, así como que tampoco se ha relacionado con el suceso la aparición de unos folios pegados en cabinas telefónicas, farolas y marquesinas de autobuses en la zona Valdepasillas, en las que, supuestamente, el preso o personas cercanas a él, informaban de su intención de quitarse la vida.

De estos panfletos hay dos tipos, uno escrito como una carta, supuestamente del propio interno, redactado en primera persona, y otros, al parecer de un grupo anarquista en memoria del fallecido, con un texto que dice: "Paco Ortiz, asesinado en la cárcel de Badajoz". Al parecer, los presos de su módulo hicieron una huelga de patio.