TLtos políticos deberían dejar ya de hacer llamamientos a la imaginación para superar la crisis. Y lo digo no sólo porque, visto lo visto, el mensaje ya ha calado de sobra, sino porque además se ha digerido en algunas ocasiones hasta con mal gusto. Y me explico.

Los primeros que se lanzaron al mundo de la imaginación fueron los empresarios, poco acostumbrados a no hacer caja todos los meses. Aunque algunos, la verdad, con poco éxito. Es el caso de los hosteleros que han creado los famosos menús anticrisis .

No hay que ser un lince para darse cuenta del derroche de ingenio que han tenido. Es tan sencillo como bajar el precio, al mismo tiempo que la calidad.

Y no digamos el esfuerzo que en este sentido han hecho los amigos de lo ajeno. Y si no que se lo digan a la policía que, ahora, en vez de perseguir al típico chorizo que pega un tirón del bolso o roba la cartera, tiene que desenmascarar a todo un creativo de la estafa.

De hecho, la policía lleva varios días buscando en Badajoz a un tipo que se hace pasar por cobrador de recibos de diferentes empresas como Aqualia o Sevillana-Endesa. Ni corto ni perezoso, el falso empleado se presenta en el domicilio hasta con un impreso de correos.

Por supuesto, no me puedo olvidar de las más que ingeniosas operaciones que tienen que hacer muchas familias para llegar a fin de mes. Eso sí que es arte.

Pero no quiero terminar sin hacer mención a todo un monumento a la horterada y el mal gusto en esto de la imaginación. Se trata de La Cris , una horrible muñeca de trapo creada por una agencia de comunicación para, según dicen, reírse de la crisis. Al parecer, para usarla sólo hay que meterle un dedo y comenzar a dar malas noticias. ¡Divertidísimo!

Pero aún hay más. Resulta que la muñequita tiene dos amigos. ¿Se los imaginan?: el Euríbor y la Hipoteca. Y para remate de los tomates, la madre de la Cris , se llama la Crisis del 29. Por favor, no más imaginación contra la crisis.