Lucía, María, Manuela y Laurina han vuelto a la escuela a pesar de tener más de 60 años. No buscan títulos ni diplomas, lo han hecho por amor a sus nietos. Desean aprender cómo ser las madres de sus nietos y cómo afrontar su crianza y educación en una sociedad que, según dicen, entraña una serie de peligros que no saben como combatir.

Estas son algunas de las alumnas que cada jueves asisten a la Escuela para Abuelos y Abuelas Educadores que Cruz Roja ha puesto en marcha en Badajoz. "Aquí tratamos diversos temas relacionados con el cuidado y la educación de sus nietos, ya que ellos tienen que hacer funciones parentales en sustitución de los padres por determinadas circunstancias de la vida", explica Mari Carmen González, la maestra que coordina este programa.

"El problema con que se encuentran es que hay un desfase generacional muy grande". Por eso, en esta escuela se les apoya y orienta con información para reforzar habilidades, "porque los niños de hoy no son los de antes", según coinciden todas.

Mari Carmen asegura que sus alumnas "tienen creencias, mitos y prejuicios que chocan con las ideas de sus nietos". Las dudas más frecuentes están relacionadas con la adolescencia.

Lucía Pilar tiene 69 años y tiene a su cargo desde hace ocho años a dos nietos. Confiesa que los niños de ahora "son más rebeldes y más desobedientes que antes", cuando criaba a sus hijos. "Pero me han dado la vida, afirma. Su mayor preocupación "es cuando salen con sus amigos a la calle, me da miedo".

Lo mismo le sucede a Manuela Cantero, que cría a sus nietos desde hace 10 años, cuando llegaron a su casa para quedarse el niño tenía 6 meses y la niña 5 años. Asegura que los quiere "igual o más" que a sus propios hijos, "pero me asusta como está la vida, siempre pienso en lo malo y me preocupa lo que hay fuera de casa".

La escuela está abierta a todos los que deseen acudir y dispone de un servicio de guardería para atender a los nietos de los abuelos que asistan.