A veces, me quedo de piedra, cuando escucho y leo algunas cosas de las que se dicen en esta ciudad. El presidente de la asociación de vecinos de Pardaleras se ha encarado, supongo que en nombre de sus representados, con la del Casco Antiguo por una cuestión de límites de sus respectivas, y muy teóricas, demarcaciones territoriales. Pretende el susodicho ciudadano que su jurisdicción llegue hasta la avenida del Pilar, ocupando su margen izquierda, y dejando la derecha para la otra agrupación. De este modo el palacio de congresos --Manuel Rojas, por supuesto-- pertenecería a la asociación del barrio extramuros. Se me escapan las razones de semejante apetencia. ¿Será que quiere incrementar el patrimonio monumental del área a la que representa? Porque vecindario, lo que se dice vecindario, no hay mucho en la parte reivindicada de la avenida.

Lo más sorprendente es la sutil argumentación usada para justificar ese inequívoco afán expansionista. Se distingue --¡tiene mérito!-- entre casco histórico y casco antiguo. Pero, señor mío, el casco histórico lo es precisamente porque es antiguo. Su zona de influencia --la de usted-- es mucho más moderna y, en modo alguno, puede reivindicar, por ahora, ningún tipo de historicidad. Y, claro está, la muralla es parte substancial del casco histórico. Es su frontera. Lo de afuera ya es otra cosa, con excepciones puntuales. Y el baluarte de San Roque, con el área de la antigua plaza de toros y del moderno palacio, es casco antiguo. Le guste o no.

Aquí pasamos de desconocer la Historia a utilizarla sin comprenderla. Leemos un librito cualquiera y nos creemos investidos de la autoridad académica necesaria para pontificar y cimentar teorías que sólo son sueños de una noche de verano. O de invierno. Seguro que nuestro honorable presidente tiene mejores causas que defender. Y no merece la pena crear fracturas innecesarias en el movimiento vecinal de Badajoz, salvo que se vaya en esa dirección conscientemente. Presidente, con todos mis respetos, gaste sus fuerzas en pleitos más provechosos y déjese de anexionismos. Por descontado, está en su derecho. Pero no use argumentos basados en ciencias mal digeridas. Lo decía el maestro Goya : "El sueño de la Razón produce monstruos". Y, además, queda uno fatal. ¿Qué gana usted teniendo una muralla y un palacio de congresos más o menos? Nada. Dedíquese a luchar por su barrio. En esos monumentos no vive nadie. No olvide que lo suyo es una asociación de vecinos, no una tesis de historiografía.