Se sienten las verdaderas damnificadas en el conflicto de la limpieza de los colegios, por eso ayer acudieron al ayuntamiento para pedir explicaciones de porqué no las habían llamado el martes para firmar el contrato, tal y como les habían indicado.

Son las trabajadoras de la bolsa de empleo municipal, que ayer denunciaron públicamente que se sienten "utilizadas" por el ayuntamiento en el conflicto que puso en peligro los puestos de las 72 limpiadoras de colegios por un problema con la anterior adjudicataria, Huarbec, que quebró y dejó a deber dinero a la plantilla, a la Seguridad Social y a la Agencia Tributaria.

Ante esta situación, la nueva adjudicataria, Eulen, que tenía que asumir el servicio el pasado 1 de abril, se retiró inicialmente, por lo que la plantilla estaba trabajando sin cobrar. Con el fin de dar una solución, la concejala de Mantenimiento de Colegios, María José Solana, anunció que de no hacerse cargo la empresa rescataría el servicio y sería atendido por personal de la bolsa de empleo.

Desde Recursos Humanos llamaron la pasada semana a 68 personas que esperaban en la bolsa desde hace dos años la oportunidad de conseguir un puesto.

DAÑOS COLATERALES "Nos avisaron el jueves para que fuéramos corriendo, de forma urgente, a entregar los papeles y a hacernos el reconocimiento médico ese mismo día porque empezábamos a trabajar ya. El martes íbamos a firmar un contrato de seis meses prorrogable y todavía estamos esperando", relató Esther Barrera a las puertas del ayuntamiento.

Esta es una de las mujeres que recorrieron ayer las distintas dependencias municipales para hablar con la concejala del área sin éxito después de que en Recursos Humanos les dijeran que para ellas no hay nada hasta septiembre, que podrán entrar a trabajar 10 limpiadoras. "Una secretaria en el ayuntamiento nos ha contestado que nosotras éramos los daños colaterales del conflicto", señaló.

Este grupo de mujeres no pudo ocultar su malestar, "porque nos enteramos ahora que ya no nos contratan y no se han dignado ni siquiera a comunicárnoslo por teléfono". Sobre todo porque, según Elisabet Cordón, les ha causado serios trastornos ya que "ante la prisas que nos metió el ayuntamiento hemos tenido que dejar las casas donde estábamos trabajando limpiando y cuidando niños y ahora nos hemos quedado sin nada".

Estas trabajadoras entienden que las otras limpiadoras, que ahora se quedan con Eulen, una vez resuelto el conflicto, "merecen tener sus puestos y que les paguen lo que les deben, pero lo que no es justo es lo que han hecho con nosotros".

Aunque admiten que presentar una reclamación no servirá de mucho, sí intentarán, según declararon, reunir a las 68 afectadas ante las puertas del ayuntamiento pra protestar. "Queremos que nos escuchen, hemos sido utilizadas, porque para ellos hemos sido simples números".

Estas mujeres dijeron sentirse como "la moneda de cambio en la pelea por ver quien se quedaba con el servicio, si la empresa o el ayuntamiento". En este sentido, advirtieron que "no se puede jugar con la bolsa, porque la bolsa somos personas".