Arqueólogo

Hablando de la limpieza de Badajoz creo, honestamente, que son los badajocense quienes deben hacer examen de conciencia. Hay demasiada gente aquí que se le llena la boca de Badajoz y luego no mueve un dedo por ayudar a que la ciudad mejore. Por ejemplo, no arrojando basura al suelo y educando a sus hijos para conseguir que se comporten como seres civilizados.

Viví, antes de hacerlo en el casco antiguo, en un bloque de la parte moderna de nuestra capital y no daba crédito ante el lamentable estado de limpieza de las zonas comunes. Y, me consta, se limpiaban a fondo todos los días. Y esas mismas conductas las veo, las vemos, a cada momento en la calle.

Ninguna ciudad puede estar decorosa si sus habitantes se empecinan en evitarlo con su conducta. Siempre pensé que era cuestión, la de la suciedad pública, de falta de costumbres urbanas en gentes agrarias de nueva implantación. Ahora no estoy tan convencido. Hay pueblos en nuestra región que relucen y algunos de sus habitantes se han trasladado a vivir aquí. Ciudades tan o más de acarreo que ésta están impolutas y eso no supone, necesariamente, la súbita conversión de sus vecinos a la pulcritud. Es también una labor de ayuntamientos. Educando, dando ejemplo, poniendo los medios, haciendo una buena gestión del personal de que disponen, controlando.

En Badajoz falta mucho de todo eso y, sobre todo, ideas; hablo del casco antiguo. ¿Podremos ver a Badajoz limpio alguna vez? Los vecinos tienen la palabra, pero el Ayuntamiento de Badajoz no puede quedarse mudo. Una parte de la responsabilidad, creo que la mayor parte, es suya.