Badajoz regresa este fin de semana al siglo IX. Las banderas azules de los Omeya ondearon anoche en el casco antiguo, iniciando con su presencia la recreación de la fiesta con motivo de fundación de la ciudad: Al-Mossassa Batalyaws.

Alrededor de 200 personas participaron en la escenificación teatral de la llegada del séquito del emir de Córdoba, con sus herederos a caballo, la favorita de melena negra y rizada cargada por sus portadores, las bailarinas en naranja y oro y los guerreros.

La representación se inició con la concentración en la plaza de España, que se vistió con todo el esplendor de Córdoba. Desde el corazón de la ciudad, el séquito marchó por las estrechas calles de San Juan, precedido por los faquires lanzallamas, hasta llegar a la plaza Alta, al ritmo de los tambores y de los músicos de Radio Tarifa, que ambientaban el pasacalles.

Tras rebasar el arco del Toril, pequeñas escenas se sucedieron protagonizadas por el emir, el hayib y los partidarios de Ibn Marwan, hasta que se dispersaron por la alcazaba, dando comienzo la fiesta entre las tres barras ambientadas para la ocasión por Jóvenes Hosteleros.