Se emocionó. Tanto que hasta pidió perdón. El momento lo merecía. La Feria del Caballo y del Toro que ayer se inauguró en Ifeba rinde un merecido homenaje a Juan Antonio Ruiz Espartaco, cuando va a cumplir 40 años de alternativa. La exposición central de la feria está dedicada a este matador de toros que, durante la inauguración, reconoció que siempre se había mostrado reacio a sacar los recuerdos de su casa, «por mi familia y por mí». Pero ha aceptado porque es «el sitio ideal» para enseñarlos. En la entrada se recuerda que Espartaco tomó la alternativa en el coso de la Merced, en Huelva, el 1 de agosto de 1979. Lo apadrinó Manuel Benítez el Cordobés. «Pero fue el 25 de abril en Sevilla donde murió un toro para llevar a un hombre a la gloria de los grandes. Facultades se llamaba el toro. Espartaco, el hombre». Tras recorrer la exposición, formada por cabezas de toros, trajes de luces y fotografías, el matador recibió un sencillo y sentido homenaje, donde ya el protagonista se dejó llevar. Habló de su padre, cuya ilusión quiso continuar. «Yo siempre recuerdo a mi padre en el hospital -bromeó-, le cogía el toro hasta en el paseíllo». Su padre, que siempre se comportó de forma muy exigente con él, fue clave en su carrera. «Para él solo existe el toro». Tanto que en un viaje de Espartaco a la Antártida, lo llamó desde el barco y cuando le dijo que estaba aburrido le contestó: «Cómo te vas a aburrir con la cantidad de amigos ganaderos que tienes». Bromeó y al final no pudo evitar emocionarse, cuando dijo que lo que más feliz le hace no es triunfar, que es pasajero, «sino la satisfacción de ser una persona muy querida». A. M. ROMASANTA.