Por motivos muy distintos, Badajoz se sentía en deuda con dos miembros de la familia López-Alegría de distanciadas generaciones y a ambos el ayuntamiento decidió dedicarles como reconocimiento el nombre de dos espacios de la ciudad. Pero el tiempo ha ido pasando y las placas que dan testimonio de este homenaje no se colocaban. Desde el jueves ya están en su sitio, tanto en la avenida Entrepuentes, dedicada hace dos años al que fuese el primer alcalde democrático, en 1931, Francisco Eladio López-Alegría, como la de su nieto, el astronauta Michael López-Alegría, que en julio del 2007 acudió a Badajoz para inaugurar el parque que lleva su nombre, el que linda con el colegio Enrique Segura Covarsí, pero la placa que lo atestiguaba desapareció y ahora ya está en su sitio, en un poste elevado en medio de este espacio verde.

El propio astronauta se quejó de este olvido en una misiva que dirigió a su familia en febrero, de la que se hizo eco este diario. El ayuntamiento ha cumplido y ayer, otro de sus nietos, Joaquín Fernández López-Alegría, quiso mostrar el agradecimiento de la familia al justo homenaje a quien fue alcalde por el grupo Republicano Socialsista.