La otra mañana le pregunté a mi compañera Isabel, veintipocos, cómo se liga ahora. Es decir, cuando yo era un adolescente y nos gustaba una chica le preguntábamos: "¿quieres ligar conmigo?" Nos íbamos a la puerta del Bárbara, cuando estaba en Hernán Cortés, caminábamos detrás de ellas calle del Obispo abajo o a San Francisco o a la puerta de las Josefinas. O en Zurbarán, cuando, por fin, lo hicieron mixto. Sí, lo entiendo, ahora parece cursi, como una expresión que ni en la serie 'Cuéntame', pero era lo que había y a ello nos ateníamos. El "¿quieres ligar conmigo?" equivalía al "¿quieres salir conmigo?" y era el comienzo de una hermosa relación prejuvenil que podía durar una semana o el resto de tu vida pero que, en todo caso, daba derecho al roce, entendiéndose como roce darse unos besos, cogerse de la mano, tontear un poco y lo que fuera surgiendo.

Por supuesto, no éramos novios pero sí algo más que amigos. Así era hace demasiados años, allá por el pleistoceno, y resulta que ahora viene la Academia y nos suelta un palabro feo y superferolítico para describir el juego de cuando éramos un poco más jóvenes: amigovio. Estoy seguro de que si llamo amigovia a una chica con la que soy un poco más amigo pero no mantenemos un compromiso formal como el noviazgo tarda cero coma en mandarme a freír espárragos. Y no quiero ni imaginar la reacción de mi entorno: aquí os presento a fulanita, mi amigovia. Ahora dicen que ligar se liga de otra manera: echas unas copas, das un poco de conversación, arrimas cuello y, si no te hacen la cobra, puede que pilles boca. A partir de ahí, cada cual se las averigüe. Nada de preguntas infantiles, todo basado en la táctica, la estrategia y la suerte. Mi amigo Tino, no obstante, fue el que me recordó otra expresión, también antigua y en el diccionario, entrañable y directa: darse, pegarse el lote. ¡Qué bonito! ¿Dónde está menganito? Dándose el lote. Darse el lote era lo más. Entre otras cosas, porque, además de llamar la atención, era como algo prohibido. El gran Summers rueda un momento grandioso al respecto en una parada de autobús en el 82 'To er mundo é mejo'. La escandalera es chica. Intentamos recordar, sin éxito, dónde iba la gente de Badajoz a darse el lote. Solo nos salía la boca del lobo en Castelar. Ligar, darse el lote, nada que ver con remilgos del tipo amigovio. Para eso, haber aceptado de uso común de follamigo, más incisiva, actual y moderna y con altas pretensiones aunque, por aproximación, también habría que aceptar la de pagafantas y esa nos gusta menos.