Sus orígenes marcan el carácter cosmopolita de este arquitecto, escenógrafo y artista plástico. Para Luiz Augusto de Abreu Sodré no debe haber fronteras entre culturas. De madre alemana, su padre era hijo de portugués y francesa y uno de sus abuelos, fotógrafo de profesión, era austriaco. Saalsodre (pseudónimo sacado a partir de su apellido y sus iniciales al revés) es brasileño, ha vivido hasta los 45 años en Río de Janeiro y Sao Paulo y lleva 16 en Badajoz, aunque a menudo viaja a Lisboa, donde ejerce como arquitecto. Desde ayer, expone en las Casas Mudéjares de Badajoz Fotogramas , de temática árabe.

Al contrario de como se suele fraguar toda creación artística, en ésta fue primero el continente y luego el contenido. Tras un viaje a Fez (Marruecos) lo invitaron a exponer en las Casas Mudéjares y cuando entró en el inmueble de la plaza de San José, decidió que podía preparar una exposición con las fotografías que había realizado en Fez y en Estambul. La temática continuará con lo que resulte de su próximo viaje a Marruecos.

Se denomina Fotogramas porque el autor retorna a sus comienzos en el cine, "donde me encantaba la manipulación que se hacía de la película, recortar, montar...". Son montajes con photoshop a partir de fotografías a los que incorpora textos ("que no son ofensivos, porque fueron sacados de libros muy antiguos manuscritos, como alfabetos o recetas de curanderos"). Le encanta el "santo photoshop", que consiste en recortar, montar y añadir colores que no existen, como el azul de los cielos de Italia.

Fachadas de la melah (zona judía) de Fez, tapices de colores sobre rostros anónimos, trozos de cerámica diseminados como un puzzle y reaplicados varias veces en distintas oposiciones. "Todo está manipulado, mi trabajo consiste en eso". Retrata lugares y personas y el resultado sorprende. Siempre es así. "Yo hago muchos viajes con un grupo de fotógrafos franceses y aunque todos quieran sacar el mismo paisaje, jamás resulta la misma foto, porque cada uno tiene una visión diferente y capta un detalle diferente". "Es --dice-- como la pintura, puedes aprender una técnica pero jamás dos copias serán iguales, porque cada uno tiene una pincelada".

Saalsodre empezó en la fotografía por una cuestión práctica. El pintaba y quiso hacer una serie sobre gárgolas, pero era "un absurdo" dibujar todas las de la catedral de Sevilla y empezó a hacer fotografías. "Hoy básicamente no pinto, hago fotografías" y en contra de lo que se pudiera pensar, el proceso de confección de una obra es más largo que con el pincel "porque soy capaz de pasar meses trabajando una serie". Por ejemplo, en Estambul hizo 5.800 fotos, que ahora tiene que separar, ligar y sobre todo, manipular.