De los 45 alumnos de la Escuela Taller Cerro de San Miguel, solo dos son mujeres y ambas se forman en el taller de jardinería. Macarena Rabazo y Cristina García se sienten "mimadas" por el resto de compañeros y reconocen que no pidieron los otros talleres (de albañilería y carpitería) "porque los veíamos demasiado masculinos", comentaba ayer Cristina. No solo se están formando sino que están poniendo en práctica sobre el terreno su aprendizaje. Ahora están limpiando de malas hiervas las zonas verdes del Gurugú, "y nos sentimos orgullosas de que la gente note el cambio", comentó Macarena, que ya estuvo en otro taller de empleo de Suerte de Saavedra aprendiendo jardinería y le gustó tanto que pidió entrar en la escuela taller. Con tan solo 17 años, ya tiene claro que su futuro profesional está entre las plantas. Cristina carece de formación "y por eso me decidí a apuntarme a este proyecto", pues confía en aprobar la Secundaria y al mismo tiempo "espero que me sirva para un puesto de trabajo en el futuro".