He coincidido en innumerables citas, esas casuales que tenemos los aficionados al flamenco, con una veteranía en los colmaos, en teatro y en barrios y en todo lo que suene un poco a arte. Manuel Iglesias es un imprescindible en el estudio no solo de este arte sino de la música como concepto incluso vital. Presenta un nuevo trabajo y vuelve a cogernos de la mano a los lectores para ayudarnos a hacer un recorrido por uno de los instrumentos que en su evolución han consagrado a la guitarra en las seis claves de lo que es el flamenco extremeño.

--¿Es Extremadura tierra de guitarras?

--Sí. Fue tierra de vihuelas en su día y también es tierra de guitarras como lo es de cante y baile. Extremadura ha sido, es y seguirá siendo un territorio flamenco y por eso se han desarrollado en ella todas las facetas relacionadas con este arte. Tal vez el baile ha sido la modalidad donde han sobresalido menos artistas a lo largo de la historia pero hace tiempo que eso ha cambiado y hoy tenemos excelentes bailaores-as de la región. Volviendo a la guitarra hemos de recordar como los primitivos cordófonos tuvieron importante presencia en la región, por ejemplo del siglo II d.c. conservamos en el Museo de Arte Romano de Mérida una estela funeraria que es todo un hermoso documento, un bajorrelieve en mármol en el que aparece una niña tocando un primitivo instrumento latino con una mano derecha que parece incluso arpegiar las cuerdas. Creo que es un único y preciado testimonio arqueológico de que desde siempre se han tañido cuerdas por estas latitudes y hasta nuestros días no han faltado vihuelistas y guitarristas que han contribuido a mantener el flamenco, sosteniendo el cante por la mayor parte de la geografía extremeña como se constata en la obra.

--¿Era necesario poner en valor la guitarra flamenca de la región?

--Esa ha sido mi intención al escribir este modesto trabajo, realizado tras haber desarrollado en un congreso de la ACEIF (Asociación de Críticos, Escritores e Investigadores del Flamenco) una ponencia sobre la guitarra en Extremadura. Una vez expuesta no se dirigió a mi ningún congresista, (que es lo que se debe y se suele hacer cuando hay alguna discrepancia) para ponerla en tela de juicio, por lo que entiendo que quedó claramente aceptada la personalidad de la guitarra en Extremadura. Cuando comencé mis indagaciones al respecto, me dí cuenta de que los hallazgos localizados tanto de datos, como de guitarristas antiguos hoy olvidados bien merecían que fuesen recogidos en una publicación porque lo que no está escrito no existe y para mí fue muy emotivo el día de la presentación reunir para una foto por ejemplo al Maestro Procopio de Mérida o al pacense Antonio Caro, testimonio vivo de dos guitarristas antiguos a los que nadie recordaba pero que tuvieron mucho flamenco en sus cuerdas.

--¿Seis cuerdas son suficientes para ofrecer todo lo que da el flamenco?

--La guitarra de cinco cuerdas permitía seguramente tocar la cadencia andaluza en La Mayor ( toque por medio) y en Si (granaína) y si nos fijamos en los acordes que aparecen en las ilustraciones de la obra de Gaspar Sanz a finales del XVII son ya básicamente los actuales. Basta asistir a conciertos de guitarra barroca para apreciar la riqueza de tonos que había ya por entonces. Cuando se añadió la sexta cuerda (el bordón en mi) ya fue la leche, originándose siete tonos con sus tónicas y dominantes que abarcaban ya todos los estilos habidos y por haber, llámese Taranta, minera, rondeña...y hasta hoy. Las posibilidades que te ofrece la sonanta como instrumento son infinitas en todas sus facetas. Qué decir por ejemplo de las tonalidades que aparecen en la música brasileña o en la obra clásica de Tárrega. También en la flamenca, cómo no, y más en los últimos tiempos en los que los guitarristas flamencos han incorporado a su acervo estos acordes de bossa o Jazz. Esto, sin embargo, conlleva el "riesgo" de que a veces no se sepa en un principio qué estilo está interpretando el guitarrista hasta bien entrada la introducción, lo cual difumina la flamencura de la interpretación, pero es imposible sustraerse a los nuevos tiempos, a las nuevas tendencias que la guitarra hace tiempo abrazó. Personalmente creo que puede y debe haber un equilibrio entre los extremos, modernidad armónica sin descartar de un plumazo las raíces donde se sustenta este arte. El otro día estuve viendo a Tomas de Perrate y su guitarrista, Amador Gabarri, es un ejemplo de lo que digo, vanguardia y tradición ensambladas. ¡Olé las orquestas! le jaleó Tomás, y es que en efecto, las posibilidades de la guitarra son orquestales.

--Como habla el prologuista Luis Landero en su libro, ¿ha dejado de ser ya la guitarra, la hermana pobre del cante y el baile?

--Es bien cierto que en anteriores periodos la guitarra era la hermana pobre del asunto y estaba para acompañar al cante y esto mismo aseguraban muchos de los guitarristas pero hace tiempo que dejó de serlo, sobre todo desde que D. Ramón Montoya dijo aquí estoy yo. Borrull, Sabicas, Niño Ricardo o nuestro Manolo de Badajoz también argumentaron algo al respecto hasta que D. Andrés Segovia elevó la guitarra a instrumento de concierto y de paso se llevó de la mano a la flamenca. Luego llegó Paco y la sentó en su regazo el Teatro Real. Ya está "to el pescao vendio" y los guitarristas se pasean por el mundo dando conciertos solamente con una guitarra entre sus manos, cosechando éxitos legítimos. También acompañando el cante hay momentos sublimes en la guitarra y hablando de nuestros guitarristas, por ejemplo yo he visto arrancar sentidos oles y poner al público en pie tras una falseta de Francis Pinto o Joaquín Muñino. La hermana pobre ha pasado a la historia

--¿Existe un 'toque autóctono' en la guitarra extremeña?

--Existe un toque autóctono que es el recogido y recreado por Miguel Vargas que huele a dehesa y a jamón de bellota y no es ni Jerez, ni Morón sino Extremadura "al cento per cento". En su toque por tangos y jaleos hay que beber pues los guitarristas de otras latitudes confunden los jaleos con las bulerías y convendría que no se llamaran a engaño. Como expongo en el libro "el toque por jaleo no puede rematar nunca como lo hace una bulería, utilizando falsetas que se aproximan más a Utrera que a Almendralejo. El toque por jaleo no puede rematar nunca como lo hace la bulería porque sencillamente no lo es puesto que no se basa en el compás de amalgama de 6x8 y 3x4 .Se limita el sistema rítmico al segundo, el 3x4, procedentes como dijimos de los golpes de bastón lo que configura precisamente esa personalidad que tiene propia identidad. Por suerte Miguel ha creado escuela para que aprendan y no se despisten en demasía.

--Anteriormente eran las gitanas las que tocaban la guitarra y acompañaban el cante, ¿qué ha aportado la mujer al toque extremeño?

--El cante lo ha acompañado tradicionalmente el hombre en las reuniones flamencas. Eso no quiere decir que las mujeres no tocaran. Muchas llegaron a acompañarse sus propios cantes y es necesario al respecto arrimarse a la obra de Eulalia Pablo titulada "Mujeres guitarristas" para descubrir a un nutrido grupo de ellas, pero en general este rol ha sido siempre masculino. En nuestro territorio también. Ahora bien, sobre todo en la baja Extremadura se desarrolló entre las gitanas un toque que igualmente consideramos autóctono, el llamado "Punteao" con el que acompañaban sus celebraciones Una de estas gitanas, Adela "La capachera" fue llevada por su sobrino el guitarrista Canito al Español de Madrid donde tocó este "punteao" extremeño. El guitarrista comentaba que ese toque era algo que yo quería mantener y decir: Señores esto forma parte del flamenco y está ahí, aparte que sea una juerga de mi familia es un poquito antropológico. Esa antropología a la que alude es la que hemos querido rescatar. En el CD incluido van dos ejemplos para el recuerdo. Ese toque por desgracia ya prácticamente se perdió y era igualmente autóctono.

--¿Cual es el primer vestigio de la guitarra flamenca en la región?

--La presencia de la guitarra en nuestra región está acreditada como decimos al mismo tiempo que en el resto del panorama nacional. En 1700 se proclama una ordenanza en Badajoz: ...que no se toque guitarra ni otro instrumento musical ni canten, ni hagan demostración de alegría... viendo pues que el tañer guitarras era moneda frecuente por aquí y así continuo siendo. Tampoco faltaban los guitarreros como Juan Piñero de Badajoz constatado en 1626 que ya ha llovido. Si se puede entender por flamenco un "Fandanguillo Avandolao" nos encontramos a Miguel Brito que nació en Badajoz según el Diccionario de Prat en 1713. Es el primer guitarrista con nombre y apellidos y publicó en 1784 varias piezas entre las que se encuentra dicho fandanguillo pero realmente debemos entenderlo como folklore aún. Lo flamenco vendría algo mas tarde aunque aquí ya se está gestando.

--¿Qué le falta al flamenco extremeño?

--Una definitiva proyección nacional e internacional. Nuestros artistas deben actuar más fuera de la región y cuando se sienten frente al respetable aclarar cual es su denominación de origen. Alguien se puede molestar, pero creo que el aficionado no debe estar escuchando siempre a nuestros cantaores por muy bien que lo hagan y ya lo he comentado con ellos en mas de una ocasión. Bien es verdad que los que empiezan merecen tener la oportunidad de ser escuchados pero repito que hasta el buen jamón empalaga si es el único plato. Afortunadamente vemos a los nuestros que cada vez en mayor número aparecen realizando espectáculos en otras latitudes (por ejemplo Solomando en la bienal sevillana). Miguel Vargas ha ido varias veces a Madrid pero no me refiero sólo a Nimes, bienal Sevillana o "Casa Patas", que está muy bien sino a otros espacios de restantes provincias

--¿Y qué le sobra?

--Tal vez desunión. Ya sabemos que la capital extremeña del flamenco es Badajoz y su Plaza Alta, es cierto, pero no podemos descartar a otras latitudes como Mérida, Villafranca de los Barros o Almendralejo que han dado muestras sobradas de que hay arte por allí. Cáceres, en los mentideros de la capital pacense, ha sido sistemáticamente defenestrada pues el flamenco es del Guadiana para abajo y sin embargo cada vez aparecen mas noticias de cafés cantantes en la capital cacereña y artistas antiguos de por allí. La doctora en flamencología Raquel Cantero está realizando una concienzuda labor al respecto y no hay que menospreciar a la provincia limítrofe. Si no hubiera sido por la recopilación que llevó a cabo en los 80 la peña Amigos del Flamenco de Extremadura de Cáceres no dispondríamos de documentos sonoros de gran importancia y eso hay que agradecerlo y reconocerlo si no queremos ser injustos y mirarnos solamente nuestro ombligo.

--¿Qué ha aprendido usted mientras investigaba para escribir este libro?

--Me he sorprendido con el capítulo de los constructores guitarreros y con algunos guitarristas rescatados del olvido. Ese Niño de España y su azarosa vida, el Maestro Procopio, Manolo Vargas o Meme Chacón y eso que me han quedado algunos fuera porque se les ha perdido el rastro, con un poco de amargura al no poderlos incluir sabiendo que están ahí, esperando que los rescaten pero qué se le va a hacer. Esto es un trabajo lento. Mi amigo Luis Benito lleva diez años investigando algunos antiguos cantaores y en su libro nos deja trazas de varios que no ha podido rastrear porque no se encuentra el hilo para tirar. Por ejemplo en Villanueva de la Serena hubo un guitarrista de mediados del siglo pasado que hasta tiene una calle llamada Maestro Corrales y que enseñó a gente y tocaba por allí pero no he podido encontrar hasta hoy a familiares. Si alguien leyera esto...

--¿Qué aprenderemos los lectores?

--La historia de la guitarra en nuestra región y sus protagonistas. Sobre todo considero más interesante la primera parte pues aporto datos muy significativos como el descubrimiento de un Jaleo de "Stremadura" que se bailó en París en 1853 así que ya podemos afirmar que tenemos un Jaleo autóctono y creo que eso es bastante importante para la historia de nuestro flamenco. Seguramente también se puede sorprender el aficionado o simplemente el lector de que en la región hayamos contado con bastantes mas guitarristas de los que en un principio se tenía constancia así que... bueno pues se encontrarán con una obra que les puede aportar datos como digo bastante relevantes y significativos en lo que al flamenco extremeño se refiere.

--¿Qué nos queda por aprender de nuestro flamenco?

--Creo que se debe enseñar al público lo que es flamenco y no abarcar en este término a rumbas y sevillanas pues la confusión está servida. El aficionado conoce de sobra nuestros tangos y jaleos y tal vez se debería escuchar más a nuestros artistas antiguos como Fregenal, El Molinero etc. Igualmente como digo, conocer algo más de la historia del flamenco en nuestra región pues para entender lo que somos, es conveniente conocer el pasado, de dónde venimos y la herencia musical que hemos recibido de los de atrás. A mi me pueden tildar de gitanófilo, aunque del huevo me gustan la clara y la yema, pero es que el compás de los jaleos extremeños se lo debemos al ritmo que llevaban los golpes en los corros que hacían con sus bastones los gitanos en las ferias de ganado tras los tratos. Eso es así y no hay quien lo mueva. Pues ese tipo de realidades es lo que falta por aprender de nuestro flamenco. Extremadura es realmente importante en este arte y el tiempo está de nuestro lado como decían los Rolling, nos dará la razón.

--Le hago la pregunta que le dejó el anterior entrevistado (Paco Suárez, músico y director de orquesta): ¿Cree que el flamenco se debe aprender en las academias?

--Se puede aprender además en las academias. Cualquier vía de aprendizaje es enriquecedora incluida la academicista y el saber no ocupa lugar.