Será que los periodistas estamos tan acostumbrados a escuchar circunloquios, rodeos lingüísticos y palabrería barata para no decir nada o decir lo que no se quiere decir pero se dice, que en muchas ocasiones te maravillas de la sinceridad y claridad con la que se expresan los ciudadanos cuando tienen que defender y reclamar lo que por derecho les pertenece. Me pasó esta semana después de escuchar a la presidenta de la Ampa del Colegio Nuestra Señora de Bótoa decir que los responsables educativos de la ciudad les estaban "toreando y mareando la perdiz".

No se podía haber empleado una frase mejor para definir, no solo la situación que están viviendo las cientos de familias que acuden a ese centro, sino también la de aquellos que fueron a manifestarse ante las puertas del Ayuntamiento y posteriormente a la Delegación Provincial de Educación, para exigir la construcción del nuevo centro que se les prometió hace muchos años.

El periplo que protagonizaron los padres del Colegio Nuestra Señora de Bótoa fue kafkiano por absurdo. Y todo, según les quisieron hacer pensar, por culpa de una carta que, al parecer, se extravió en los escasos metros que separan la plaza de España de la avenida de Europa. Sólo les faltó entrevistarse con el director de Correos para interesarse por el paradero del famoso escrito.

No hay derecho. Y lo peor es que no es la primera vez ni, desgraciadamente, será la última en la que los ciudadanos de Badajoz se ven perjudicados por el hecho de vivir en una ciudad convertida en el campo de batalla del PP y el PSOE.

Es cierto que muchas promesas se han quedado en simples anuncios debido a la situación económica actual, pero a nadie se le escapa, a estas alturas, que los políticos utilizan los logros y fracasos de una gestión para desgastar políticamente al partido contrario. Así que, ¡cuerpo a tierra! que se acercan las próximas elecciones.