NACIMIENTO NAVARRA, 1922

TRAYECTORIA SE ORDENO COMO RELIGIOSA MARIANISTA HACE 64 AÑOS Y LLEVA 11 AÑOS EN BADAJOZ

TAREAS TRABAJA EN EL GURUGU EN CENTRO DE PROMOCION DE LA MUJER Y COLABORA EN EL CENTRO HERMANO

Desde que abrió el centro de acogida de personas sin hogar de Cáritas Diocesana, Centro Hermano, hace ahora 11 años, María Socorro acude religiosamente, a pesar de sus 83 años, a este lugar a colaborar como voluntaria. Allí atiende la recepción y cose algunas prendas de los acogidos.

--¿Qué es lo más bonito de este trabajo?

--Trabajar por los demás. Vengo al centro muy contenta siempre.

--De las historias de las personas que han pasado por el Centro Hermano, ¿cuál recuerda?

--Recuerdo a un gitano, que ya murió, que era de las Cuestas de Orinaza y era toxicómano y decía: "si pasa aquí en el centro algo, yo a María la cojo en aupas y la saco corriendo a la calle". Me quería. Yo también me encariño con las personas que pasan por aquí y siento cuando se marchan, pero ya me voy acostumbrando a que tiene que ser así, cada uno en su sitio, unos van y otros vienen, y yo estoy aquí hasta que la congregación y los superiores me digan.

--¿Cómo ha cambiado el perfil de los acogidos desde que colabora con el centro?

--Antes eran todos nacionales, ahora la mayoría son inmigrantes, son buenos chicos, son respetuosos, y como algunos no saben la lengua se dirigen a mí llamándome: ´mamma, mamma´, al verme mayor, quizás.

--¿Qué esperan estos chicos de la sociedad?

--Vienen a buscar trabajo. Esperan aquí hasta que les arreglan los papeles y cuando llegan los papeles hay mucha alegría y regocijo. Se debería conocer más el centro, que hace mucho bien.