El traslado del botellón en Badajoz, de la zona de San Atón y Zurbarán hasta el nuevo Vivero y el paseo fluvial, que se desarrolló sin incidentes el pasado fin de semana, no ha sido tan inocuo como se creía, según los más de un centenar de vecinos de la parte baja de Santa Marina, de las viviendas frente al puente de la Universidad, que han firmado un escrito protestando por la presencia y el escándalo de los jóvenes.

Un grupo de ellos ha comenzado a recoger firmas entre los vecinos y ayer llevaba 135, sólo uno de ellos. Con ellas, y una vez estudiada la Ley de Convivencia y Ocio recién aprobada y aplicada para paliar los efectos del botellón , decidirán si presentan una denuncia o no.

Este grupo de vecinos considera que las aglomeraciones juveniles pueden vulnerar dicha ley por incumplir uno de sus preceptos, que debe haber al menos 150 metros de distancia entre los grupos y las primeras viviendas de las poblaciones. No obstante, uno de los portavoces aseguró a el PERIODICO que "lo estamos estudiando".

Los vecinos se quejan de que han entrado personas en sus portales, algunos han orinado, han dejado vasos sobre los coches y han ensuciado el parque Infantil con vasos y papeles. Asimismo, según fuentes del grupo socialista, también se han quejado por los daños los aficionados al fútbol, por el estado en que han quedado los alrededores del estadio tras el fin de semana.