Todavía no se ha aprobado de forma definitiva el nuevo Reglamento de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Badajoz, que incorpora como novedad la figura del bombero voluntario, pero el Servicio de Bomberos del Ayuntamiento de Badajoz ya tiene una lista de espera de más de 80 personas que quieren participar, algunas de ellas mujeres. El nuevo reglamento se aprobó en el pleno municipal el pasado lunes y debe pasar un periodo de exposición pública.

Según el jefe del Servicio de Bomberos, Fernando Bermejo, lo normal es que los jóvenes que aspiren a ser bomberos profesionales muestren interés por colaborar como voluntarios, porque pueden aprender lo que después se les va a pedir. Pero también hay gente que quiere ser bombero voluntario sin intención de dedicarse profesionalmente. En principio no habrá límites de admisión y entrarán todos los que quieran recibir la formación, aunque después se pondrá un límite en la gente que podrá trabajar conjuntamente con los profesionales, porque hay que dotarlos de equipos y tener en cuenta la capacidad organizativa. Lo que sí quieren es enseñar a la gente para que la respuesta en caso de emergencia sea la adecuada.

Los aspirantes deben tener capacidad física suficiente y mental para trabajar con la presión que puede soportar un bombero. "Es evidente que no puede ser bombero cualquiera, se requieren unas aptitudes físicas primero y formación técnica después", señala Bermejo.

La colaboración voluntaria con el Servicio de Bomberos establece tres niveles. En el escalón más bajo o grado 1, aprenderán a colaborar con los bomberos sin ponerse "en absoluto en riesgo", sino que les servirán de apoyo. Por ejemplo, su función será preparar mangueras, delimitar una zona de actuación o acercar una herramienta, "pero siempre sabiendo cómo trabajan los bomberos y cuáles son sus protocolos de intervención para conocer qué es lo que van a necesitar", explica Bermejo. Necesitan superar unos cursos y periódicamente se harán pruebas, simulacros y prácticas para comprobar que mantienen ese nivel de formación. Si no las superan, podrán seguir en la agrupación pero no como bomberos voluntarios.

Los de grado 2 deben pasar por la etapa anterior, recibirán formación especializada y podrán participar activamente en las emergencias, pero en el escalón de riesgo más bajo. "No se van a meter dentro de una vivienda a apagar un fuego", aclara el jefe del servicio, pero sí montarán la instalación y trabajarán en labores de ventilación.

En el nivel 3, el más elevado, la formación y capacitación será exactamente igual que la del bombero profesional y podrán hacer el mismo trabajo. Los voluntarios siempre actuarán a las órdenes de los profesionales. Este grado ya existió hace más de veinte años en Badajoz pero desapareció porque no estaba asegurado el mantenimiento de la plantilla de profesionales. Ahora ya hay un compromiso de diez bomberos de guardia, según el Reglamento de Régimen Interior del servicio aprobado el año pasado.

Este cuerpo de voluntarios funciona en muchos países. En Alemania, en Austria y en Portugal hay más voluntarios que profesionales, aunque no son servicios mixtos, como el previsto en Badajoz, donde trabajarán conjuntamente voluntarios y profesionales. En Cataluña los hay en muchas ciudades y también en Extremadura, en concreto en Villanueva del Fresno.