Más de un centenar de comercios y negocios del centro de la ciudad tienen pintadas en sus fachadas. La mayoría son garabatos, firmas y frases con unas pocas palabras, aunque en otras los vándalos se han tomado su tiempo y han dejado su sello con grandes dibujos realizados con sprays de colores. Negocios de la calle Menacho y adyacentes, Santo Domingo, San Francisco, alrededores de la plaza de San Atón y de calles del Casco Antiguo son objeto de estos actos vandálicos que merman la estética de zonas que ya trabajan para convertirse en centros comerciales abiertos.

Este último caso es el de la joyería Goventia, en la calle Menacho. Las cinco grandes persianas que protegen los escaparates del establecimiento han servido de lienzo a estos pseudograffiteros. "La primera pintada la quitamos. Recuerdo que estuve limpiando un sábado con todo tipo de disolventes. Pero vuelven a pintar y algunas es imposible quitarlas", explicó ayer Carmen Carbajo, una de las dependientas. Para ella, la única solución es que "dibujásemos un motivo bonito relacionado con la joyería, porque parece ser que si ven un graffiti hecho por otro, lo respetan", argumentó.

La opinión general de los comerciantes consultados se podría resumir en que limpiar las pintadas es pan para hoy y hambre para mañana. La encargada de otro de los negocios afectados por los graffiti en la calle Menacho lamentó que, a pesar de que los están limpiando constantemente, sus rejas y fachadas amanecen de nuevo pintadas al día siguiente. "No sabemos cuál es la solución", apuntó.

Precisamente para paliar el efecto y adecentar su fachada, la tienda de modas Carlos, en Juan Carlos I, ha decidido instalar grandes paneles luminosos de cristal y aluminio. Los operarios los estaban colocando ayer ante la atenta mirada del gerente del establecimiento, Angel Arias, quien señaló que "aunque imagino que también los pintarán, será más fácil limpiar el cristal".

El responsable de Carlos añadió que están cansados de eliminar las pintadas para que al día siguiente vuelvan a aparecer. "Es tirar el dinero. Ya nos hemos gastado mucho en limpiar los graffiti ", añadió.

El presidente de la Asociación de Empresarios de Menacho y Adyacentes, Emilio Doncel, reconoció la impotencia del colectivo ante estos actos vandálicos. "Nos vemos desbordados", afirmó. Es una cuestión que la asociación ha planteado a los responsables de la Policía Nacional y al ayuntamiento, "pero no encontramos solución". Doncel estimó que la mitad de los negocios de Menacho están afectados por las pintadas y comprendió que muchos comerciantes hayan desistido de limpiarlos. "Es un dinero tirado a la calle y no tienen más remedio que dejarlos", justificó.

CAFRES Por su parte, el concejal de Limpieza en funciones, Antonio Avila, señaló que el problema de los graffiti afecta al centro y al resto de la ciudad. "No es un mal endémico de Badajoz, sino que ocurre en todas las ciudades de España", dijo. A su juicio, los autores de estas pintadas "son cuatro cafres que se dedican a estropear la ciudad". El concejal recordó que hay lugares habilitados para que los verdaderos artistas realicen graffiti e indicó que la única forma de combatir estos actos vandálicos es que la ciudadanía colabore denunciándolos.