Más de 1.500 personas salieron ayer a la calle para decir "basta ya" a las políticas de recortes actuales que están engrosando las listas del paro y elevando la precariedad laboral.

La manifestación convocada por CCOO y UGT con motivo del Día Mundial del Trabajo Decente se inició sobre las ocho de la tarde en la avenida de Europa y culminó ante la Delegación del Gobierno, en la avenida de Huelva.

"La resignación no es una opción" o "Rebelión contra la imposición" fueron algunas de las consignas que se escucharon en la movilización, encabezada por los secretarios regionales de los dos sindicatos, Julián Carretero (CCOO) y Francisco Capilla (UGT). También asistieron varios miembros de IU, como el diputado Víctor Cascos o el concejal del ayuntamiento pacense Felipe Cabeza.

A pesar de ser una jornada de concienciación mundial, los sindicatos pusieron el acento en dos temas locales de actualidad: los 125.000 extremeños que están en el paro y los tres trabajadores de la región que fallecieron en el accidente laboral ocurrido en Burgos.

Estos fueron recordados por los representantes sindicales para denunciar las políticas que los gobiernos están llevando a cabo y que han provocado una situación en la que, según Carretero, "nadie tiene ni el empleo seguro, ni el salario ni las condiciones".

Estas políticas, según afirmó, están haciendo aflorar la economía sumergida y el deterioro de las condiciones de trabajo. Para el dirigente de CCOO "la crisis no puede seguir afectando a los de siempre".

Capilla incidió en la dificultad para salir de la crisis si no hay un cambio en estas políticas de recortes. "Parecía que la panacea era reformar la normativa laboral y ya denunciamos que eso ni mucho menos nos sacaba de la situación, sino que empeoraría mucho más, y lo hemos visto".

En el transcurso de la manifestación, en la que según los convocantes participaron alrededor de 2.700 personas, alguien tiró un cubo de agua por donde pasaban los manifestantes, mojando a un hombre que, según dijo, no participaba en la protesta.