El matadero municipal de Badajoz empieza a ser historia. Ayer, el pleno del ayuntamiento, como Junta General de la sociedad gestora, acordó en sesión extraordinaria su disolución, después de 16 años de actividad, tras su inauguración en 1992, durante los cuales ha cerrado todos los ejercicios con pérdidas. Sólo en el 2005 tuvo beneficios, porque se vendió una parte de los terrenos. Ahora se abre una nueva etapa en la que el ayuntamiento quiere alquilar las instalaciones a una empresa privada.

El PSOE votó en contra del informe económico porque no estaba avalado por un colegio profesional, pero apoyó la disolución, mientras que IU se abstuvo. El concejal socialista Alberto Cabañes manifestó que en entre las condiciones para arrendar las instalaciones debe figurar el mantenimiento de todos los puestos de trabajo, que la actividad continúe hasta que se privatice y deben salvaguardarse los bienes patrimoniales. El concejal del Matadero, Alberto Astorga, confirmó que estos tres puntos, que son "innegociables".

Tras el pleno, Astorga explicó que desde el 96 el ayuntamiento no estaba obligado a mantener este servicio público, pero lo hizo por atender a los entradores de ganado y los puestos de trabajo. Tras la disolución, el siguiente paso será la aprobación del pliego de condiciones para la explotación privada en el próximo pleno donde --insistió Astorga-- se incluirá que la empresa adjudicataria respeterá los contratos de trabajo vigentes. En la actualidad hay 23 trabajadores, 10 de ellos funcionarios. No habrá cese de actividad y la sociedad seguirá funcionando como sociedad en disolución. También los entradores podrán seguir matando en estas instalaciones.