Tras dedicarse media vida a las labores del campo y a la venta ambulante, Abdul Fahmi se quedó en paro hace ya cinco años. Tiene cuatro hijos y ha decidido recurrir al Centro de Empleo y Promoción de Cáritas para cualificarse profesionalmente y tratar de encontrar un puesto de trabajo. Ya lo han asesorado y en enero iniciará uno de los cursos que se van a impartir. «Me siento muy motivado y tengo esperanzas», asegura. También su mujer, Samira Bouchli, se formará en atención sociosanitaria. En su caso está en posesión del título de Bachillerato, aunque nunca antes ha trabajado fuera de su casa. Ambos confían en que a través de este programa de Cáritas aumenten sus posibilidades de insertrase laboralmente y poder comenzar una nueva etapa en sus vidas. Proceden de Marruecos, pero llevan casi 25 años en Badajoz. A pesar de ello, el idioma sigue representando para ellos un hándicap a la hora de optar a un empleo. Este será uno de los aspectos que tratarán de reforzar en el centro de Cáritas.