La región cuenta con 49 nuevos policías locales que han sido destinados a 25 municipios extremeños. Ayer recogieron los diplomas que acreditan que han superado con éxito los cinco meses de formación en la Academia de Seguridad Pública de Extremadura, en un acto en el que estuvieron acompañados por sus familiares y en el que también se entregó el título a otros ocho agentes que han realizado el curso de mandos. Una placa conmemorativa sirvió de reconocimiento a los alumnos que han obtenido la mayor puntuación en ambos cursos, Francisco Rafael Gómez y Carmelo García.

Al acto asistieron la delegada del Gobierno, Carmen Pereira, el consejero de Administración Pública, Angel Franco, el Fiscal Superior de Extremadura, Aurelio Blanco, el presidente de la Diputación, Valentín Cortés, el concejal de Seguridad Ciudadana de Badajoz, Germán López Iglesias y el director de la Academia, Francisco Atanet.

Franco destacó que la formación de estos agentes se ha mejorado con la aplicación de las nuevas tecnologías y la incorporación de materias, como el maltrato a los mayores, que sumadas a otras que se han ido añadiendo en los últimos años (educación vial, ocio, violencia de género, medio ambiente...) suponen "la adaptación de este cuerpo de seguridad a la realidad de la sociedad".

El consejero de Administración Pública añadió que desde la Junta no solo se trabaja en la preparación de los futuros policías locales, sino que en su labor de agente coordinador de este cuerpo en la región con la nueva ley que se está elaborando se introducirán importantes novedades respecto a la legislación vigente. En este sentido, señaló que el borrador está "muy avanzado" y que la intención del gobierno regional, una vez pase el trámite de la Asamblea para su aprobación, es que entre en vigor a finales de este mismo año o al menos antes de que acabe esta legislatura.

La delegada, por su parte, alabó el "entusiasmo, esfuerzo y dedicación" de los alumnos para convertirse en policías locales y López Iglesias animó a "cuidar el trato con el ciudadano" para cambiar la imagen de una profesión que a veces es "mal entendida".

El acto, durante el que se recordó a los agentes fallecidos en el último año, se cerró con el tradicional gesto de lanzar las gorras al aire por parte de los alumnos.