Dos enormes esqueletos de dinosaurios dominan el espacio de la carpa instalada en la Memoria de Menacho de Badajoz. Son réplicas exactas de un mamenchisaurus, cuyo cuello llegaba a alcanzar hasta 14 metros, y de un elasnosaurus, un inmenso reptil que se movía por los océanos.

Junto a estas dos enormes estructuras óseas se exponen otras 16, la mayoría copias, aunque también se exhibe el esqueleto real de un verdadero oso de las cavernas, el ursus spelaeus, que vivió hace 10.000 millones de años; el fémur de un apatosauros excelsur, uno de los mayores seres vivos que habitó la Tierra y cuyo esqueleto completo podría llegar a medir 27 metros de longitud y 5 de altura desde sus caderas; así como un ráptor, del que un 35% de sus piezas es real, mientras que el resto es una reconstrucción. Todas las réplicas son copias científicas realizadas con moldes de silicona.

Estos son algunos de los ejemplares que alberga la exposición Dinopétrea ...empieza a soñar y viaja en el tiempo con el simulador , que ayer inauguró el alcalde pacense, Miguel Celdrán, y que permanecerá abierta hasta el 17 de enero. Se trata, según sus organizadores, de la exposición itinerante de paleontología más importante del mundo, con piezas traídas de todo el planeta.

Javier Val, presidente de la fundación Facops que monta esta carpa, comentó que lo que más llama la atención a quienes entran son las dimensiones de los dinosaurios y lo que más divierte, sobre todo a los más pequeños, es el espacio de arena donde pueden excavar y encontrar un fósil real, que luego se llevan a casa como regalo. En las instrucciones ya advierten que solo se les entrega una pieza, por si algún paleontóloguito avispado encuentra más de un hueso.

La carpa de Menacho ofrece además poder entrar en un simulador con movimiento en el que se proyecta una película donde se narra desde el surgir de la vida hasta la extinción de los dinosaurios: todo en apenas 4 minutos. Son muchas las curiosidades que se pueden encontrar. Nada más entrar, está una de las piezas más interesantes: un meteorito auténtico, pequeño pero muy pesado, caído en Chaco (Argentina), formado por hierro y níquel. Y lo mejor de todo es que los visitantes pueden tocarlo.